Asimismo, en el siglo XIX se anotan localizaciones alfareras en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico (1846-1850) de Pascual Madoz.
Quizá el ejemplo más patente lo encarne el alfarero autodidacta Evelio Arnanz Modrego, instalado en Quintana Redonda en la década de 1980.
Algunas de las piezas rescatadas presentaban un vidriado melado (jarras, ollas, caloríferos, cántaros, escurrideras y orzas).
Mencionado como foco alfarero también por Ensenada, se fabricó alfarería de agua y fuego.
[1] También se cita esta industria en el Catastro del Marqués de la Ensenada, publicado en 1752, aunque existen referencias documentales desde 1515.