Positivismo

El positivismo o filosofía positiva es una teoría filosófica que se posiciona como una alternativa epistemológica tanto al empirismo como al racionalismo,[1]​ sosteniendo que todo conocimiento genuino se limita a la interpretación de los hallazgos «positivos», es decir, reales, perceptibles sensorialmente y verificables.

Como un nuevo desarrollo del siglo XIX, se contrapuso a las visiones escolásticas tradicionalmente imperantes de una filosofía trascendental.

En el contexto de los inventos, descubrimientos y la expansión del conocimiento científico durante el Renacimiento, estos intentos tradicionales de explicación filosófico-religiosa se habían vuelto cuestionables desde hacía ya un buen tiempo.

Posteriormente surgieron diferentes aproximaciones positivistas, asociadas, entre otros, a los siguientes filósofos: Henri de Saint-Simon (1760-1825) Auguste Comte (1798-1857), Hippolyte Taine (1828-1893), Jean-Marie Guyau (1854-1888), Jeremy Bentham (1748-1832), James Mill (1773-1836), John Stuart Mill (1806-1873), Charles Darwin (1809-1882), Herbert Spencer (1820-1903), Roberto Ardigò (1828-1920), Ludwig Feuerbach (1804-1872), Eugen Dühring (1833-1921), Friedrich Nietzsche (1844-1900), Ernst Mach (1838-1916), Ernst Laas (1837-1885), Richard Avenarius (1843-1896), Hans Vaihinger (1852-1933), Friedrich Jodl (1849-1914), o Theodor Ziehen (1862-1950).

Los primeros tres volúmenes del Curso trataban principalmente de las ciencias físicas ya existentes (matemáticas, astronomía, física, química, biología), mientras que los dos últimos enfatizaban el inevitable advenimiento de las ciencias sociales.

Para Comte, las ciencias físicas necesariamente tenían que llegar primero, antes de que la humanidad pudiera canalizar adecuadamente sus esfuerzos hacia la "ciencia reina" más desafiante y compleja de la propia sociedad humana.

[6]​ Esta similitud es debida a que ambos estuvieron influidos por el socialista Henri de Saint-Simon.

Se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo.

El rasgo común que caracteriza a todos ellos es la aceptación del conocimiento científico como única forma de conocimiento legítimo y el rechazo a la metafísica y la teología como pseudociencia.

La sociología sería un conocimiento libre de todas las relaciones con la filosofía y basada en datos empíricos en igual medida que las ciencias naturales.

Comte presenta a la historia humana en tres fases: Además afirma que no es posible alcanzar un conocimiento de realidades que estén más allá de lo dado, de lo positivo, y niega que la filosofía pueda dar información acerca del mundo: esta tarea corresponde exclusivamente a las ciencias.

Esta propuesta plantea un método basado en la experimentación, observación y recolección objetiva de datos.

Los enfoques sociológicos en filosofía de la ciencia y epistemología han sido tradicionalmente los principales críticos del positivismo, aunque ambas posturas no son necesariamente contradictorias.

Auguste Comte , fundador de la doctrina positivista.
Caricatura de Émile Littré y Charles Darwin representados como monos actuando mientras rompen la credulidad, las supersticiones, los errores y la ignorancia.