El primero es un punto de partida necesario para la inteligencia humana, está plagado de deducción e imaginación y dan respuestas a preguntas absolutas; el segundo está extremadamente basado en la crítica que genera un desorden que no permite el progreso ni la unión mental del todo y el tercero es un estado fijo y definitivo construido gracias al recorrido de las anteriores etapas en la que se logrará ordenar y progresar de forma unificada.
La humanidad no logró descubrir las causas naturales de diversos fenómenos y por lo tanto les atribuyen poderes sobrenaturales o divinos.
El Estado metafísico se refiere a la explicación por la identidad abstracta, impersonal.
Generalmente, las personas trataban de creer que Dios era un ser abstracto.
También creían que un poder abstracto o ciertas fuerzas ocultas guiaban los acontecimientos del mundo.