Nicolás Maquiavelo

Por su parte, la madre, según testimonios de un descendiente, habría compuesto himnos religiosos dedicados a su hijo Niccolò, aunque estas composiciones no han sido conservadas.

Para 1480, añadió la aritmética a su formación, y en 1481 ya realizaba exámenes escritos de composición en latín.

[8]​ Aunque no dominaba el griego antiguo, accedió a traducciones latinas de importantes historiadores clásicos como Tucídides, Polibio y Plutarco, cuyos textos influyeron significativamente en su reflexión histórica.

En esta misiva, dirigida probablemente a Ricciardo Becchi, embajador florentino en la corte papal, Machiavelli expresa críticas hacia Girolamo Savonarola.

Maquiavelo elaboró estrategias militares, como se evidencia en su Discorso della guerra di Pisa, proponiendo tácticas combinadas de asedio y ataque directo.

Durante este periodo, mantenía contacto con los trabajadores y llevaba una vida alejada de su antigua posición en la administración pública.

Posteriormente, escribió Discursos sobre la primera década de Tito Livio, donde abordó temas políticos como la preferencia por un sistema republicano frente a una monarquía absoluta.

A pesar de ser ignorado y olvidado por sus contemporáneos, su legado alcanzó un notable reconocimiento en siglos posteriores.

Aunque Maquiavelo nunca enunció explícitamente la máxima el fin justifica los medios, la misma se le atribuye debido a su concordancia con los principios expuestos en el capítulo XVIII de El príncipe.

Maquiavelo es considerado el precursor de la razón de Estado, concepto nodal en la teoría política moderna, cuya formulación ulterior se observa en Francesco Guicciardini y Giovanni della Casa, aunque adquiere una sistematización doctrinal con Giovanni Botero en su obra Della Ragion di Stato (1589).

En su pensamiento, la política se desvincula de la moralidad tradicional, lo que le permite fundamentar un análisis pragmático del poder.

[10]​ Tradicionalmente, se ha identificado una aporía en el pensamiento maquiaveliano debido a la aparente contradicción entre sus dos obras más significativas, los Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El príncipe.

Los intérpretes que se inclinan por las tesis republicanas han intentado, desde Rousseau, conciliar la aparente contradicción entre los Discursos y El príncipe al considerar que este último emplea un ejercicio de ironía, cuyo objetivo sería revelar las prácticas reales del poder en su contexto.

El príncipe establece paralelismos con la figura del dictador en la Roma republicana, quien era investido con poderes absolutos por un tiempo limitado y, al final de su mandato, debía rendir cuentas ante la república.

Maquiavelo sostiene que todo príncipe debe poseer tanto virtud como fortuna para ascender al poder.

La virtud se refiere a la capacidad del príncipe para tomar decisiones acertadas, mientras que la fortuna se refiere a los factores externos e impredecibles, como las circunstancias que le permiten conquistar un territorio o lograr sus objetivos.

En su concepción, la fortuna puede ayudar al príncipe a alcanzar el poder, pero es la virtud la que le permitirá mantenerlo.

Debe ofrecerles libertad para ganarse su favor, ya que, en última instancia, será el pueblo quien determine su futuro.

Maquiavelo entendía que, en un contexto político, la Iglesia y sus valores podían ser aprovechados por los gobernantes para legitimar su poder y mantener la estabilidad en la sociedad, incluso si su influencia no era necesariamente coherente con las prácticas o principios fundamentales del gobernante.

Sin embargo, otros autores, como Cary Nederman, sostienen que varias doctrinas cristianas, como la gracia divina y el libre albedrío, son elementos importantes en el pensamiento maquiavélico.

Desde la perspectiva liberal, el poder se considera un mal necesario, pero debido a su naturaleza, es imperativo «controlarlo» y «limitarlo».

Esto se debe a que, sin dicha contención, el poder no es funcional ni adecuado para cumplir sus objetivos de seguridad, paz y convivencia.

Este fenómeno da lugar a un tipo de individuos que, aunque no cuestionan abiertamente dichos ideales en el ámbito público, los transgreden en su vida privada, actuando con una libertad y superioridad que les permite operar al margen de los mismos.

En este último, desempeña un papel particularmente importante, junto a otros personajes de la Italia renacentista.

Nicolás Maquiavelo ( impresión de principios del siglo XIX ).
Escudo de armas de la familia Machiavelli.
Estatua de Maquiavelo en la Galería Uffizi .