Maquiavelismo

En obras como El príncipe y los Discursos sobre la primera década de Tito Livio analiza Maquiavelo cuál es el tipo de príncipe o gobernante que se ha dado hasta su época, fundándose en su experiencia política como secretario de príncipes, en la primera de esas obras, y más en sus múltiples lecturas como historiador y su esperanza como político en la segunda.

La estructura y complejidad del Príncipe genera distintos puntos de vista; pero queda claro que el objetivo al que Maquiavelo quería llegar era “mostrar a otro cómo funcionan las relaciones reales de poder en la modernidad, y cómo se logra la estabilidad para que éste pueda tomar el mando y salvar a Italia.”[4]​ La paradoja se encuentra en que en ningún lugar de El Príncipe o los Discursos, se encuentran las palabras “el fin justifica los medios”, frase que se atribuye a la principal enseñanza de la primera obra.

Pero fueron leídas y practicadas de forma unánime, siguiendo el principio hipócrita que propugnaba el mismo Maquiavelo, quien para componer su libro se fundó solamente en lo que había visto en vez de preconizar vanas especulaciones moralizantes.

Un proyecto filosófico (1795), rechazó el maquiavelismo subordinando la política a valores éticos superiores.

En contraste, Maquiavelo escribió sobre el poder solo en el contexto político y social, mientras que el punto de vista de Hobbes respecto al poder es mucho más complejo, al describir la relación del individuo con el Estado.

«El poder de un hombre viene determinado por sus medios actuales para obtener algún buen futuro aparente».

Maquiavelo.