Monasterio de San Cugat del Vallés

En el siglo VII esta capilla fue ampliada y quizás se estableció en ese momento un pequeño monasterio con una exigua comunidad de monjes destruido totalmente en 717 por la invasión islámica.

Aun así, la comunidad benedictina no acabaría de establecerse realmente debido a continuas incursiones árabes.

Se comportaba como un auténtico señor feudal, religioso pero a la vez guerrero.

Su tumba se encuentra en la nave izquierda de la iglesia y es bastante visible por la decoración gótica que la rodea.

A diferencia de Odón, su sucesor el abad Guitard (1010-1053), sufrió los momentos más difíciles del monasterio, debido a la presión de la nobleza feudal que consideraba al monasterio un serio competidor por las tierras fronterizas y por las rentas agrarias.

Así, la fértil tierra del Vallès le proporcionó grandes producciones agrícolas elevada que favorecieron sus rentas en un contexto generalizado de crecimiento.

La proximidad con Barcelona le otorgó el favor de la corte condal y episcopal.

Como el culto al monasterio de San Pablo del Campo de Barcelona había decaído mucho, así como sus rentas, en 1127 se puso también bajo la custodia y vigilancia del abad Roland.

[9]​ En época de Jaime I se mantuvieron las buenas relaciones del monasterio con la casa condal mediante algunos privilegios.

Bajo la protección del rey, San Cugat recuperó los beneficios que había disfrutado en el pasado.

Quedó abandonado hasta 1851, año en el que la Comisión de Monumentos Históricos decidió restaurarlo.

Parte de la riqueza artística se repartió entre museos e instituciones diversas, o entre los mismos aldeanos.

Alrededor del año 1000, bajo el impulso del abad Odón, empezó la construcción de un nuevo monasterio según un proyecto que integraba todas las construcciones alrededor de un claustro, y en la que intervino el arquitecto Fedanci.

Se trata de un claro ejemplo del arte románico catalán y fue construido en el siglo XII.

Existe otra puerta, de estilo neoclásico añadida en el siglo XVIII, cuando la sala capitular se trasladó a esta zona.

En esta zona se encuentra un muro y una puerta tabicada del siglo XI, la antigua sala capitular del siglo XIII, convertida en capilla del Santísimo en el siglo XVIII, la escalera que da acceso al claustro superior de estilo gótico, una puerta neoclásica tabicada y otra puerta de arco de medio punto.

En ella se encuentra la iglesia adosada y, por ende, están comunicadas por una puerta con arcos de medio punto concéntricos y arquivoltas en los cuales se alternan molduras geométricas con anchas bandas de decoración vegetal.

El muro del siglo XI está constituido por pequeñas piedras dispuestas en hileras más o menos exactas.

En las galerías del nuevo piso se encuentran también arcos de medio punto que descansan sobre capiteles toscanos sostenidos por esbeltas columnas.

Tampoco parece que Arnau fuera un monje, ya que los religiosos firmaban indicando esta condición junto al nombre, o al menos no lo era mientras realizó la obra, y en la escena mencionada de su capitel, un monje le acerca un recipiente que podría aludir a la provisión de suministros básicos al artista a cargo del monasterio.

Las ventanas, casi aspilleras, están decoradas con pequeñas columnas con base y capitel que sostienen arquivoltas.

Se observa que el gran ventanal abierto en el centro del ábside central es posterior y debió sustituir a una pequeña ventana de las mismas dimensiones que las otras siguiendo con la tendencia goticicante del resto.

En el ángulo con la fachada principal hay dos grandes contrafuertes, no del todo justificados arquitectónicamente, que apoyan a las capillas laterales.

La primera impresión que se obtiene al entrar es de sobriedad y sencillez.

La influencia italiana se observa en los fondos dorados, en los colores vivos y en el dibujo con deliciosas curvas.

Esta serie de capillas fueron transformadas y decoradas posteriormente con la efusión propia del estilo barroco.

Los esbeltos ventanales de origen, no se pueden ver desde el interior, debido a las mencionadas superposiciones.

Era la antigua capilla mortuoria de los monjes y se encuentra bajo el órgano.

El cimborrio se levanta sobre la parte central del crucero en forma de torre poligonal.

Cabe destacar dos arcadas, en una sala del ángulo sudeste de la planta baja, que conservan parcialmente una decoración pictórica.

Restos de la iglesia visigótica
Lápida del monumento funerario del abat Odón, de principios del siglo XV , situada en la nave izquierda de la iglesia
Una capilla lateral
Vitrales del interior del crucero
La urna de San Cándido se encontraba inicialmente en el monasterio
Lápida sepulcral del abad Estruch (1416-1419), la cual proviene de la nave central y actualmente está expuesta en el muro de la nave izquierda de la iglesia
Fotografía de la abadía tomada en 1879
Planta del monasterio
Claustro. Las columnas descansan sobre una plataforma conocida como podio , separando las galerías del patio
Detalle de la galería norte con las ventanas y la claustra
Galería de levante
Ángulo sudeste del claustro románico
Detalle de un capitel de Arnau Cadell con su firma
Detalle de la decoración de los ábsides. Las columnas están adosadas. De la decoración de los capiteles destacamos las hojas de acanto a la izquierda y en la derecha animales provenientes probablemente de un bestiario . Entre las dos columnas se aprecia un modillón o canecillo decorado con la cabeza de un bovino
Detalle de uno de los contrafuertes situados en el ángulo de la fachada principal
El cimborio visto desde el claustro
La fachada principal
Nave central
Detalle del retablo de Pere Serra de final del siglo XIV . Virgen entre ángeles y el abad de rodillas
Retablo de santa Escolástica
Retablo de san Benito
El retablo de la Piedad, obra de Josep Sala i Gener
El cimborio, de planta octogonal y visto desde el altar, se alza sobre trompas . Se observan los diferentes vanos que permiten que la luz penetre el interior e ilumine el espacio del crucero . Se aprecia también como los diferentes nervios portantes descansan sobre pilastras o columnas adosadas
Detalle de los elementos defensivos de la torre el homenaje, con el matacán y los merlones convertidos en ventanas
Detalle de una torre de las murallas de levante