El acanto, palabra que proviene del latín acanthum, es un elemento decorativo en el arte.
La hoja de acanto sirvió para añadir elegancia al capitel de estilo corintio, del que derivará a su vez el romano capitel compuesto, que también mantendrá la misma decoración de creación griega.
Dicha aportación ornamental se atribuye ya en el siglo I a. C. por Marco Vitruvio Polión en su obra Los diez libros de Arquitectura al pintor y escultor griego Calímaco, quién vivió en Atenas entre los años 432 y 408 a. C. El ornamento sobrevivirá a la Antigüedad clásica, reapareciendo en el gótico medieval añadiendo el detalle de tener espinas.
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