[3] Según otro autor,[4] no hay ninguna duda sobre que el anatomista que más contribuyó al desarrollo del conocimiento de la estructura del riñón fue Marcelo Malpighi, quien en 1666 describió la estructura de varias vísceras, incluido el riñón.
[6] En 1781 el Abad Felice Fontana[6] describió por primera vez en la médula renal asas tubulares que más tarde se llamarían asas de Henle porque ese descubrimiento no se le reconoció a él sino a Jacobo Henle.
[11] En cuanto a las funciones renales básicas, en 1843 Carl Ludwig propuso que la orina se formaba mediante un proceso pasivo de ultrafiltración a nivel del glomérulo renal[12] y también que las diferencias entre la composición de la orina y la sangre se debían a un proceso de reabsorción de sustancias que tenía lugar en los túbulos renales.
No propuso ninguna actividad secretora a nivel tubular.
[14][15] Sin embargo, Wearn y Richards confirmaron recién en 1924 que el líquido presente en el interior del espacio de Bowman es un ultrafiltrado del plasma.
Se crearon y aplicaron técnicas de depuración (clearance) en el riñón intacto[17][18] que aumentaron en gran medida el conocimiento de la función renal.
Entre los capilares y la cápsula de Bowman se halla el mesangio.
[20] Entre la sangre y el espacio urinario una sustancia debe atravesar la barrera de filtración glomerular compuesta por el endotelio fenestrado, la membrana basal glomerular y la hendidura del poro y la zona que queda entre los pedicelos de los podocitos.
La capa parietal de la cápsula de Bowman es el límite externo del corpúsculo renal y está formada por un epitelio plano simple (epitelio capsular) apoyado sobre su lámina basal.
Sus cuerpos protruyen en la luz del espacio urinario y emiten prolongaciones primarias gruesas que se ramifican en prolongaciones secundarias abundantes y más finas, las que a su vez emiten ramificaciones terciarias o pedicelos.
La defensa antiapoptósica del podocito podría ser un objetivo terapéutico en las nefropatías glomerulares.
El espacio que existe entre los pedicelos adyacentes forma las hendiduras de filtración (de 30-40 nm), las que están unidas por uniones estrechas modificadas, los diafragmas.
Los residuos filtrados y atrapados en la membrana basal son fagocitados por el podocito.
En lo que se refiere a su interacción con el medio el podocito interactúa con proteínas reguladoras del complemento, con receptores de IgG-Fc, con receptores de lipoproteínas de baja densidad o LDL y con el sistema activador del plasminógeno.
En las tres capas que componen la membrana hay sitios aniónicos —los ya mencionados glucosaminoglicanos de heparán sulfato— cuya eliminación aumentaría la permeabilidad de la membrana basal glomerular.
Las moléculas del colágeno IV pueden asociarse a través de este dominio para formar dímeros y por medio de sus terminaciones amino formar tetrámeros.
[30] El mesangio es una especie de tejido conjuntivo formado por células mesangiales y matriz mesangial que se localiza en el espacio que queda entre los capilares del glomérulo y que es más abundante en el polo vascular glomerular.
Esas células no forman parte de la barrera de filtración sino que son pericitos especializados que participan indirectamente en la filtración porque contraen y reducen la superficie glomerular, y por lo tanto el índice de filtración, sobre todo en respuesta al estiramiento.
Esa particularidad se debe a que el mesangio posee receptores importantes para moléculas como la angiotensina II y en segundo lugar a su aparato contráctil.
Hay células mesangiales que se localizan fuera del corpúsculo renal: son células mesangiales extraglomerulares (forman parte del aparato yuxtaglomerular).
[2] Esos poros permiten la filtración libre de solutos del plasma, líquidos y proteínas pero no son lo suficientemente grandes como para que se filtren los eritrocitos.
[38] El lado externo de la membrana basal está revestido por pliegues llamados podocitos, los que a su vez están revestidos por pliegues de citoplasma llamados prolongaciones citoplasmáticas o pedicelos.
El espacio existente entre los pedicelos de podocitos adyacentes es atravesado por un diafragma de hendidura formado por varias proteínas que incluyen podocina y nefrina.
[2] Las arteriolas eferentes de las nefronas yuxtaglomerulares, el quince por ciento de las nefronas más próximas a la médula renal, emiten ramas capilares rectas que llevan sangre isotónica a esa estructura.
La arteriola eferente se forma en el extremo del glomérulo e irriga fundamentalmente los túbulos de la corteza.
[40] Cuando una sustancia atraviesa las células endoteliales de los capilares glomerulares, la membrana basal glomerular y los podocitos para entrar en la luz del túbulo se trata de filtrado glomerular.
[41] Por ejemplo, los iones pequeños como los de sodio y potasio las atraviesan libremente mientras que para proteínas grandes como la hemoglobina y la albúmina prácticamente no hay permeabilidad.
La presión oncótica sobre los capilares glomerulares es una de las fuerzas que ofrecen resistencia a la filtración.
Por lo tanto, la concentración de esas proteínas tiende a aumentar cuando los capilares glomerulares filtran el plasma, lo que incrementa la presión oncótica en toda la longitud de esas estructuras.
Estas células yuxtaglomerulares desempeñan una función importante en el sistema renina-angiotensina, lo que ayuda a regular la presión arterial El glomérulo puede ser afectado por numerosas enfermedades entre las que se destacan las diversas formas de una enfermedad que se produce cuando hay inflamación glomerular, la llamada glomerulonefritis.