Los pericitos se incrustan en la lámina basal, donde se comunican con las células endoteliales de los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo por medio de contacto físico directo y de señalización paracrina.
Los pericitos presentes en el tejido conjuntivo pueden madurar a células endoteliales y musculares lisas.
Lo cual explica su localización funcional alrededor de los pequeños vasos.
Los pericitos son las células contráctiles que pueden responder a la actividad neuronal y controlan el flujo sanguíneo capilar en un nivel más local que las arteriolas.
Estas protuberancias están ocupadas por los procesos celulares de los pericitos, las células murales vasculares, que contribuyen a aumentar el contacto neuro-vascular y la difusión eficiente de los neuropéptidos hipotalámicos.