[3][4] Contrario al régimen zarista, cooperó primero con los social-revolucionarios antes de hacerse social demócrata ya en el exilio.[3] Se hallaba en Francia cuando estalló la Primera Guerra Mundial y, tras pasar por Bélgica donde residía, huyó casi inmediatamente a Gran Bretaña para escapar del avance alemán.[10] Entre 1921 y 1924, logró que todas las grandes potencias —a excepción de los Estados Unidos— reconociesen oficialmente al Gobierno soviético.[25] Chicherin mostró desde niño una gran capacidad intelectual,[24] fomentada por sus padres y cuyo desarrollo facilitó la amplia biblioteca familiar.[25] Hábil con los idiomas —hablaba inglés, francés, alemán, italiano, polaco y serbio además de ruso—,[26][18] se interesó desde muy joven por la[24][15] historia.[33] Buen estudiante y de extraordinaria inteligencia, mostró pronto un gran interés por aprender las más diversas materias.[44] Cada vez más radical, entró en contacto con células socialrevolucionarias[18] de la ciudad,[45] para las que ocultó escritos ilegales en su piso.[42] Aunque la estancia en Europa occidental debía haber sido corta, Chicherin no volvió a Rusia hasta enero de 1918.[89][88][6] Junto con otros destacados socialistas, participó en Nashe Slovo (Nuestra palabra), que publicaban Vladímir Antónov-Ovséyenko y Trotski en París, un periódico internacionalista.[96] Las actividades de las asociaciones socialistas en las que Chicherin trabajaba con denuedo frustraron los intentos del Gobierno británico por reclutar voluntarios rusos.[135] Menos independiente en su labor que Trotski,[134] Chicherin demostró pronto ser un subordinado leal y uno de los principales diplomáticos del momento.[140] Uno de los principales portavoces del ministerio, contribuyó a menudo con artículos sobre política exterior en otras publicaciones como Izvestia o Pravda.[142] Al resto de excentricidades unía su indiferencia total hacia el vestir,[29] que chocaba a sus visitantes.[166] Ante las protestas extranjeras, trató con escaso éxito de exponer la separación[167] entre el Gobierno soviético y la Internacional Comunista.[179] Durante el verano, trató en vano de mejorar las relaciones con los Estados Unidos, la potencia menos dispuesta en apariencia a participar en la intervención militar en Rusia.[185] A mediados de 1919, sin embargo, la situación diplomática rusa era gravísima: las conversaciones con Polonia habían fracasado durante la primavera;[187] los Estados Unidos, tras ciertos contactos que parecían prometedores, rompieron las negociaciones, asustados por la extensión del comunismo en Hungría y esperando el triunfo de Kolchak; el Gobierno republicano de Berlín se negó a replegar al Ejército —que apenas controlaba— del antiguo territorio ruso y la Entente tampoco mantenía representante alguno en Moscú.[189] La situación mejoró con las victorias militares soviéticas del verano, que disuadieron parcialmente a las potencias de continuar la intervención en la guerra civil y favorecieron los contactos con Moscú.[229] Krestinski secundaba la orientación progermana de Chicherin y ayudó a cimentar las relaciones entre los dos países durante su largo periodo como embajador.[253] Tras unas últimas reuniones que duraron desde la madrugada a la tarde del 16 de abril, las dos delegaciones firmaron el tratado.[259] Las negociaciones con los Aliados en Génova, por el contrario, fracasaron[260] por los desacuerdos sobre la deuda rusa y las compensaciones a los propietarios extranjeros por las expropiaciones comunistas.[292] Aunque Polonia no podía sustituir a Alemania como gran potencia aliada de los soviéticos, un acuerdo bilateral podía mejorar la seguridad de la frontera común y favorecer el comercio; el embajador soviético presentó una propuesta en este sentido en mayo, pero las conversaciones fracasaron antes las exigencias polacas, que Moscú rechazó.[303] En Wiesbaden le trataron la diabetes y en la Riviera francesa, a donde se trasladó a continuación, la polineuritis; en ambos lugares continuó la labor diplomática, entrevistándose con importantes figuras mientras recibía sus tratamientos, aunque la intensidad de su labor fue mucho más reducida que la de su anterior estancia en Europa occidental en 1922.[311] Los responsables políticos franceses se mostraron dispuestos a interceder ante sus aliados en Europa oriental en favor de los soviéticos para que mejorasen las relaciones entre ambos, pero no a distanciarse del Gobierno británico, como esperaba Chicherin, que seguía mostrando gran hostilidad hacia Londres.[323] Durante su estancia en Lausana, aprovechó además para tratar con representantes diplomáticos de otros países interesados en iniciar contactos con los soviéticos.[372][373][362][nota 18] La URSS se encontraba prácticamente aislada internacionalmente en 1926-1927, tras la negativa de Stresemann a formalizar una alianza bilateral.[378] Paulatinamente y coincidiendo con el agravamiento de su mala salud, Chicherin fue perdiendo toda influencia en la política exterior moscovita.[390] Según varios diplomáticos, Chicherin, desilusionado con la actividad del Gobierno soviético,[391] deseaba mudarse a Alemania de forma permanente.[389] El tratamiento médico, que se esperaba corto, fue alargándose, como la estancia en Alemania: después de seis meses en un sanatorio berlinés, marchó a Wiesbaden y Fráncfort.[391] Desde Alemania, de donde el Gobierno le exigió volver en varias ocasiones sin éxito,[nota 22] criticó la política exterior soviética hacia Berlín.[400] A la vez, la preocupación personal por los miembros del ministerio de Chicherin se contraponía con la relación puramente profesional entre Litvínov y los diplomáticos.
San Petersburgo
, la capital del
Imperio ruso
, en torno al cambio de siglo. Chicherin se mudó a la ciudad con su familia en 1886, cursó estudios de historia en su universidad y más tarde trabajó varios años en el Ministerio de Asuntos Exteriores, hasta su marcha a Europa occidental en 1904.
Berlín
a comienzos del siglo
xx
. Chicherin residió en la ciudad entre 1905 y 1908, en la que forjó contactos con los
socialdemócratas alemanes
y llevó a cabo una importante labor en el organismo del
POSDR
que debía coordinar a las diversas organizaciones socialdemócratas rusas en el exilio.
Soldados en la nieve
, pintura de 1916. Exiliado en Gran Bretaña, Chicherin llevó a cabo intensas campañas contra la
Primera Guerra Mundial
tras un corto periodo
defensista
al principio del conflicto. El rechazo rotundo a la contienda le acercó a los bolcheviques.
Chicherin, identificado con el número 3 en la fotografía, en una reunión del
Sovnarkom
a comienzos de 1920.
Chicherin, tercero por la derecha, con bigote y perilla, en la firma del
Tratado de Moscú
con la Turquía kemalista.
Chicherin, a la izquierda, junto al embajador en Berlín,
Nikolái Krestinski
, en la capital alemana, 1925. Ambos propugnaron el mantenimiento de buenas relaciones con la
república de Weimar
, perjudicada por el sistema político de la posguerra, como medida para dividir a las potencias occidentales.
El embajador alemán en Moscú,
Ulrich von Brockdorff-Rantzau
, con el que Chicherin mantuvo estrecha relación durante gran parte de su carrera al frente de la Comisaría de Asuntos Exteriores.
Stanley Baldwin
, primer ministro conservador británico, y
lord Curzon
, hábil diplomático y ministro de Asuntos Exteriores. Para Chicherin, Gran Bretaña era la principal representante del capitalismo occidental y las relaciones entre los dos países a lo largo de la década de 1920 fluctuaron entre los intentos de entendimiento y la tensión.
El
Imperio británico
a comienzos del siglo
xx
. Chicherin veía en él el principal campeón del capitalismo mundial y favoreció tanto el proceso de liberación de las colonias como la firma de una serie de tratados de neutralidad y no agresión con países asiáticos amenazados por la expansión británica.
Gustav Stresemann
, primer ministro y luego ministro de Asuntos Exteriores alemán, astuto diplomático que utilizó con habilidad las relaciones con la URSS para obtener concesiones de los vencedores de la
Primera Guerra Mundial
y puso fin a la orientación soviética de la política exterior de su país, para disgusto de Chicherin, que trató infructuosamente de impedirlo.
Chicherin junto a
Maksim Litvínov
en 1920. Litvínov, vicecomisario y más tarde sucesor de Chicherin al frente de la Comisaría de Asuntos Exteriores, difería de su superior tanto en carácter como en sus opiniones sobre política exterior.
Tumba de Chicherin en el cementerio moscovita de
Novodévichi
. Su figura desapareció por completo de la política soviética hasta la muerte de
Stalin
.