Se reunieron allí 34 países en búsqueda de acuerdos para la reconstrucción del comercio y el sistema financiero internacional, tras la Primera Guerra Mundial.
La propuesta que se derivó de la conferencia fue la instauración del denominado patrón cambio oro.
[1] Después de la Primera Guerra Mundial el sistema monetario internacional había quedado totalmente desarticulado.
Los países luchaban por retornar al patrón oro, pero había que resolver el tema de las paridades entre las monedas y los déficit fiscales que complicaban el retorno al sistema monetario vigente antes de la guerra.
China permanecía en el Patrón Plata, mientras que la Unión Soviética, Turquía, Portugal y España mantenían tipos de cambio flotantes.