[1] Junto con su ministro de Asuntos Exteriores, Walther Rathenau, Wirth intentó seguir una política de cumplimiento en lo que concierne a las reparaciones de guerra, para demostrar que Alemania era incapaz del pago.
Tras la llegada al poder de los nazis, Wirth partió al exilio, recorriendo numerosos países de Europa y los EE. UU.
Buscó acuerdos con la Unión Soviética de acuerdo al Tratado de Rapallo, lo cual le valió ser considerado por la CIA como espía soviético.
[3] Obtuvo el Premio Stalin de la Paz en 1955[4] y falleció al año siguiente a los setenta y seis años de edad,[2] por problemas cardíacos.
Entonces se convirtió en miembro de la Cruz Roja y de 1914 a 1917 fue enfermero en la frente occidental y en la frente oriental.
En 1955 se expresó resueltamente en contra del establecimiento de la Bundeswehr (el ejército alemán) y del ingreso de Alemania Occidental en la OTAN.