Frente occidental (Primera Guerra Mundial)

En los ataques se llevaron a cabo enormes bombardeos con artillería, y grandes movilizaciones de infantería.

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, el ejército alemán ejecutó una versión modificada del Plan Schlieffen, diseñado para invadir Francia rápidamente y poder volver toda su fuerza hacia Rusia.

Tras la caída de Lieja, la mayor parte del ejército belga se retiró hacia Amberes y Namur.

Luego se sucedió otro asedio a Namur, que duró aproximadamente del 20 al 23 de agosto.

La ofensiva principal se lanzó el 14 de agosto, con ataques a Saarburg, en Lorena, y Mulhouse, en Alsacia.

Siguiendo el Plan Schlieffen, los alemanes se retiraron lentamente infligiendo las máximas pérdidas a los franceses.

Los franceses avanzaron hacia el río Sarre e intentaron capturar Saarburg antes de ser rechazados.

Precedido por un bombardeo concentrado que duró 35 minutos, el asalto inicial hizo rápidos progresos, y la aldea fue conquistada en menos de cuatro horas.

No obstante, el asalto se ralentizó debido a problemas de logística y comunicaciones.

El objetivo radicaba en distraer la atención de las ofensivas principales del frente oriental desbaratando los planes franco-británicos, y también para probar una nueva arma.

La primera era el uso de la guerra submarina sin restricciones para interrumpir los suministros aliados que llegaban desde ultramar.

La operación se apodó Gericht, palabra alemana para «tribunal», pero que significaba «lugar de ejecución».

Falkenhayn limitó el tamaño del frente a 5-7 km para concentrar su potencia de fuego y evitar una penetración enemiga tras una contraofensiva.

También mantuvo un control estricto sobre las reservas principales, alimentando sólo el número de tropas necesarias para mantener la batalla en marcha.

Esto serviría para aliviar la presión sobre los franceses y sobre los rusos, que también habían sufrido grandes pérdidas.

Sufrieron el mayor número de bajas (muertos, heridos y desaparecidos) en un día en toda la historia del ejército británico, unas 57 000.

En agosto, el general Haig había concluido que era poco probable una penetración, y en cambio pasó a una táctica de acciones con unidades pequeñas.

El efecto buscado era enderezar la línea del frente, algo que se creyó necesario en preparación para un bombardeo masivo de artillería junto con una gran ofensiva.

Los aliados prepararon un ataque que incluiría 13 divisiones británicas e imperiales y cuatro cuerpos franceses.

Con todo, la batalla del Somme hizo penetraciones de solo 8 km, y fracasó en alcanzar los objetivos originales.

Los nuevos mandos reconocieron enseguida que las batallas de Verdún y el Somme habían mermado la capacidad ofensiva del ejército alemán.

Por consiguiente, los éxitos aéreos de los aliados sobre el Somme no se repetirían, y los alemanes les infligieron severas pérdidas.

Ese mismo mes, el general francés Robert Nivelle ordenó una nueva ofensiva contra las trincheras alemanas, prometiendo que sería la victoria definitiva.

Sus oficiales carecían de los medios para castigar a toda una división, y no se tomaron medidas severas.

El gas mostaza también era un agente persistente que podía perdurar hasta siete días en un lugar, un factor desmoralizante adicional para sus oponentes.

Pero a un enorme coste, un cuarto del millón de alemanes que participó en la ofensiva fue muerto o herido.

La creciente presencia estadounidense sirvió para contrarrestar el gran número de fuerzas alemanas redesplegadas.

En julio, Foch inició una ofensiva planificada contra el saliente de Marne producido durante los ataques alemanes.

Dos días después de terminar la primera, se lanzó una segunda ofensiva principal en Amiens, al norte.

En 1919 Alemania estaba en bancarrota, la gente vivía en un estado de semi-hambruna, y no existía comercio con el resto del mundo.

Mapa del frente occidental y la carrera hacia el mar , en 1914
Carga francesa con bayoneta
Mapa del frente occidental, 1915-1916
La rendición de las tropas canadienses en la Segunda Batalla de Ypres , según la impresión de un artista.
Las ruinas de Carency tras ser recuperada por Francia.
Avance de la infantería británica cerca de Gingy.
Mapa del frente occidental, 1917
El ejército británico en el frente occidental (agosto de 1917)
Mapa de las ofensivas finales alemanas, 1918
Un soldado belga con ametralladora Chauchat en las líneas del frente, en 1918.
Mapa de las ofensivas aliadas finales, 1918