Así, el día 5 de septiembre se convocó un consejo de guerra al cual asistieron los generales Cuesta, Castaños, González Llamas, la Peña, el duque del Infantado (en representación del general Blake) y otro oficial desconocido en representación de Palafox.
[5][6] Según los términos del Tratado de Fontainebleau, el cual dividió el Reino de Portugal y todos los dominios portugueses entre Francia y España, España se comprometió a complementar con tres columnas españolas, los 28 000 soldados que Junot ya dirigía a través de España para invadir Portugal.
[2] El 5 de septiembre, se acordó un consejo de guerra, atendido por los generales Cuesta; Castaños; Llamas; la Peña; el duque del Infantado, representando al general Blake; y otro agente (desconocido) representando a Palafox.
Tras intentar infructuosamente persuadir a sus colegas para nombrarle comandante en jefe, Cuesta abandonó precipitadamente la reunión.
[9] Habiendo tratado de asumir la responsabilidad de resolver el problema, más tarde sería arrestado y relevado del mando, solo para ser restaurado en él poco después.
El manifiesto organizaban a los distintos cuerpos y regimientos existentes en cuatro grandes cuerpos bajo el control de una Junta Central de Guerra presidida por Castaños.
El Ejército de La Mancha estaba ahora compuesto por unos 50 000 hombres, la Junta destituyó a Venegas (quién había relevado a Cartaojal, destituido por su incompetencia en la batalla de Ciudad Real en marzo) reemplazándole con Aréizaga, quien aumentó el efectivo hasta 48 000 infantes, 6000 jinetes y 60 cañones, haciéndolo una de las más grandes fuerzas que España jamás había creado.
No obstante eran una fuente constante de hostigamiento para el ejército francés y sus líneas de comunicación, del mismo modo que las numerosas revueltas populares espontáneas.
[cita requerida] Tanto fue así que, hacia el verano de 1811, los comandantes franceses desplegaron 70 000 soldados solo para mantener las líneas de comunicación abiertas entre Madrid y la frontera con Francia.