[1] El agua de la Tierra se encuentra en su mayor parte en forma líquida, en océanos y mares, como agua subterránea, o formando lagos, ríos y arroyos en la superficie continental.[3] El agua existe en la Tierra en tres estados: sólido (hielo o nieve), líquido y gaseoso.Océanos, ríos, nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la superficie se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra, etc.La fases del ciclo hidrológico externo son evotranspiración, condensación, precipitación, infiltración y escorrentía.Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo.Una parte del agua que llega a la superficie terrestre será aprovechada por los seres vivos; otra discurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano.En su conjunto el ciclo hidrológico se puede considerar como una operación de lixiviado a escala planetaria.[5] Se ha propuesto un desequilibrio en el reciclaje de aguas profundas como un mecanismo que puede afectar los niveles globales del mar.El tiempo de permanencia es particularmente breve para la fracción atmosférica, que se recicla en sólo unos días.El ciclo del agua disipa —es decir, consume y degrada— una gran cantidad de energía, la cual es aportada casi por completo por la insolación.La lluvia que cae sobre la superficie del terreno contiene ciertos gases y sólidos en disolución.Esta agua ácida, al llegar en contacto con partículas de suelo o roca madre, disuelve algunas sales minerales.Si el suelo tiene un buen drenaje, el flujo de salida del agua freática final puede contener una cantidad importante de sólidos disueltos, que irán finalmente al mar.Si el agua del suelo se mueve en sentido ascendente, por efecto de la capilaridad, y se está evaporando en la superficie, las sales disueltas pueden ascender también en el suelo y concentrarse en la superficie, donde es frecuente ver en estos casos un estrato blancuzco producido por la acumulación de sales.Durante el último interglaciar, hace unos 125.000 años, los mares estaban unos 5,5 m más altos de lo que están ahora.Hace unos tres millones de años, los océanos podrían haber estado hasta 50 m más altos.[9] Investigación publicada en 2012 en Science basado en la salinidad de la superficie del océano durante el período 1950-2000 confirman esta proyección de un ciclo global del agua intensificado con áreas saladas volviéndose más salinas y áreas más frescas volviéndose más frescas durante el período:[10] Un instrumento transportado por el satélite SAC-D Aquarius, lanzado en junio de 2011, midió la salinidad media de la superficie del mar.Este proceso tiene lugar especialmente en las zonas orientales de los océanos donde soplan los vientos alisios que, procedentes de latitudes medianas, llevan aire inicialmente frío que se calienta al llegar a los trópicos, haciendo bajar su humedad relativa.El aire caliente, saturado de humedad, sube al llegar a las costas occidentales, sobre todo si estas tienen montañas, y se enfría por la expansión adiabática sobresaturándose, lo que genera intensas precipitaciones.Este mismo mecanismo genera en el océano importantes gradientes de salinidad pues la evaporación de los océanos, en las zonas orientales, mujer lugar a salinidades más altas que las que pueden tener en las zonas occidentales, afectadas por las importantes descargas fluviales.Esto genera, especialmente al océano Atlántico norte, agua muy fría y densa que cae hasta cerca del fondo y llena las grandes profundidades del océano por donde se traslada lentamente hacia el sur, en dirección a la zona adyacente al continente antártico al cual rodea, suministrando agua fonda a los tres océanos.Aproximadamente en el año 500 a. C., los eruditos griegos especulaban que gran parte del agua de los ríos puede atribuirse a la lluvia.[19] Eruditos chinos como Chi Ni Tzu (320 a. C.) y Lu Shih Ch'un Ch'iu (239 a. C.) tenían pensamientos similares.Bartolomé de Inglaterra sostuvo esta opinión (1240), al igual que Leonardo da Vinci (1500) y Atanasio Kircher (1644).Las teorías de Palissy no fueron probadas científicamente hasta 1674, en un estudio comúnmente atribuido a Pierre Perrault.Incluso entonces, estas creencias no fueron aceptadas en la ciencia convencional hasta principios del siglo XIX.
Manto acuífero
Salinización de los suelos por evaporación
Mapamundi de la evaporación media anual menos la precipitación por latitud-longitud.
Relación entre superficies impermeables y escorrentía superficial
Sección vertical de la circulación termohalina: El agua fría más salada y densa se hunde, mientras que el agua más cálida y menos salada con menor densidad sube a la superficie.