Censura en Portugal

El poder civil pasó, más tarde, a reglamentar también la publicación de textos escritos.Sin embargo, la censura entró también en otros dominios, como en el teatro (desde Gil Vicente), en la radio, en la televisión y en el cine.La lista reproduce básicamente los libros proscritos por la Sorbona en 1544 y por la Universidad de Lovaina, en 1546.En 1561, el dominico Francisco Foreiro compiló un nuevo Índex a petición del Cardenal Don Enrique que escribió como preámbulo una carta en la que, no siendo tan severo como el Índex de la Santa Sede, proclamaba la necesidad de una "censura previa".El Índex tridentino fue publicado en Lisboa, el mismo año, juntamente con una adenda, el "Rol dos livros que neste Reino se proibem" - como se hará en todos los siguientes índices publicados en Portugal.Este nuevo Índex se mantendría en vigor hasta al siglo XVIII.Por esta ley se proscriben determinados documentos emanados por la Santa Sede, como la célebre Bula de Ceia (que arrogaba en exclusividad al Papa determinados poderes ahora reivindicados por el monarca) y los Índices expurgatorios.Pero los gobernantes rápidamente intentaron imponer un control más riguroso en su política de prensa.Esta saldrá el 22 de diciembre de 1834, aboliendo la censura previa, pero, siempre, salvando cualquier abuso - y sus respectivos castigos - que dañasen a la religión católica, el Estado, las buenas costumbres o cualquier otra persona.El régimen monárquico, sin embargo, intenta plantar cara a la fuerza creciente de los ideales republicanos.Se prohibían, así, escritos de índole pornográfica, que ultrajasen las instituciones republicanas o comprometiesen la seguridad del Estado.La censura previa, ahora a cargo del Ministerio de la Guerra, fue siempre vista como una excepción temporal, porque era anticonstitucional.El Estado Novo nunca tomó una posición censória asumida, evitando aún discutir el asunto, que pocas veces fue llevado al Parlamento.El decreto 22 469 es explícito al instaurar la censura previa en publicaciones periódicas, "hojas volantes, folletos, carteles y otras publicaciones, siempre que en cualquiera de ellas se versen asuntos de carácter político o social".De hecho, se verifica que hubo regiones del país donde estos eran más permisivos y otras donde eran exageradamente represivos.Esto se debía al hecho de constituir un grupo muy heterogéneo a nivel intelectual.Una orden de la Dirección de los Servicios de Censura consideraba, en lo que concierne a la literatura infantil y juvenil, que "parece deseable que los niños portugueses sean educados, no como ciudadanos del Mundo en preparación, sino como niños portugueses, porque más tarde ya no serán niños, pero continuarán siendo portugueses".Los libros no eran sujetos a la censura previa pero podían ser incautados tras la publicación, lo que era hecho con frecuencia por la Dirección General de Seguridad, que emitía órdenes de búsqueda para librerías.La Inspección Superior de Bibliotecas y Archivos prohibía la lectura de determinados documentos - no se podía leer nada referente a la India Portuguesa que fuera posterior a la Guerra de Baçaim (1732/1739) y la Biblioteca Nacional contenía obras listadas que no podían ser leídas.Sin embargo, más de cinco años después, aún no estaba a la venta porque, supuestamente, el obispo D. António Abeto tenía que emendar un error en una página.En 1737 fue detenido nuevamente, también con la madre, esposa e hija, siendo degollado y quemado en un auto de fe en el Terreiro do Trigo en Lisboa.Más tarde, durante del Estado Nuevo, Maria Velho da Costa, Maria Teresa Horta y Maria Isabel Barreno se vieron envueltas en un proceso judicial que fue famoso debido a la publicación de su obra conjunta "Novas cartas portuguesas", que contenían partes pornográficas e inmorales - hoy está de acuerdo en que la obra hace sólo una crítica mordaz al patriarcalismo lusitano y a la condición de la mujer en Portugal ("¿En que refugio nos abrigamos o que lucha es la nuestra tan sólo en el dominio de las palabras?").Maria Velho da Costa escribirá más tarde, en reacción a esta situación, una "Ova Ortegrafia" que comienza con "Ecedi escribir ortado; ahorro así el rabalho a quién me orta..." ("Cedí escribir ortado; ahorro así el rabajo a quién me orta...").- Al menos oyes el mar" lo que hace una referencia casi explícita a los presos políticos, como los que se encontraban en el Fuerte de Peniche, donde se oía, con certeza, el mar y el viento, a veces en situaciones de extrema angustia y de tortura.Por otro lado, este lenguaje cifrada creaba en los lectores una actitud de hipercriticismo - se dudaba de todo lo que se leía, buscándose segundos significados, hasta donde no existían.Se cuenta, por ejemplo, que el célebre estribillo de las Janeiras (como la versión de Zeca Afonso): "Pam, pa ra ri ri, Pam, pa ra ri ri, Pam, pam, pam..." era a veces cantado, en conciertos como "Vão parar à PIDE, vão parar à PIDE, vão, vão, vão..." ("Van a parar a la PIDE, van a parar a la PIDE, van, van, van..."), lo que habría ocasionado situaciones cómicas como la de un censor que se juntó al coro subversivo, juzgando cantar solo una simple canción popular y que después fue severamente reprendido, por su inocencia, por los superiores.Muchos fueron los autores que vieron sus libros incautados o fueron detenidos, como Soeiro Pereira Gomes, Aquilino Ribeiro, José Régio, Maria Lamas, Rodrigues Lapa, Urbano Tavares Rodrigues, Alves Redol, Alexandre Cabral, Orlando da Costa, Alexandre O´Neil, Alberto Ferreira, António Borges Coelho, Virgílio Martinho, António José Forte, Alfredo Margarido, Carlos Coutinho, Carlos Loures, Amadeu Lopes Sabino, Fátima Maldonado, Hélia Correia, Raul Malaquias Marques, entre muchos otros.Aquilino Ribeiro, por ejemplo, vio incautado su libro Cuando los lobos oigan de 1958.El régimen consideraba el libro injurioso para el Estado portugués, por lo que le se vio envielto en un proceso criminal que, sin embargo, fue archivado, tras una amnistía y tras un movimiento de apoyo de intelectuales de renombre extranjeros, principalmente franceses, como François Mauriac, Louis Aragon y André Maurois.Algunos autores indican aunque reside en la censura la causa de que las élites culturales portuguesas se hayan definido, a lo largo del tiempo, como una "aristocracia cerrada", desconectada del resto de la población.
Quema de libros, por Hartmann Schedel , en su Liber chronicarum
Papa Gregorio XI , que instituyó la Censura del Ordinario (responsabilidad de los obispos) en Portugal, solicitado por Fernando I de Portugal .
Cardenal Don Enrique , aquí representado en la escalera de los reyes , en el Palacio Episcopal de Castelo Branco , fue el gran impulsor de la censura inquisitorial en Portugal
Paulo V , papa conocido por su severidade, fue el fiscal del primero Índex romano, inspirado, en parte, en el que se hacía en cuestión de censura, en Portugal
Sebastián I de Portugal , legislador de un conjunto de severas sanciones para quienes osaran infringir las leyes de la censura.
Portada del Índex de 1581, publicado por D. Jorge de Almeida
El Marqués de Pombal fue el primer gran reformador de la censura en Portugal, al dirigirla a la defensa política, en lugar de la religión.
Fray Manuel do Cenáculo, presidente de la Real Mesa Censoria
La Vilafrancada, liderada por D. Miguel, representa el final del corto periodo de libertad de prensa, preconizado por el liberalismo.
Entre los intelectuales que más se opusieron a la censura, encontramos Almeida Garrett , Alexandre Herculano y José Estêvão de Magalhães - que se opusieron expresamente a la "Lei das rolhas" - aquí unidos en un detalle de un óleo sobre tela en la sala de los Pasos Perdidos, en la Asamblea de la República Portuguesa.
La dictadura de João Franco marca la política censoria de los últimos años de monarquía en Portugal.
Sidónio Pais subió al poder criticando el uso de la censura previa por el gobierno de Afonso Costa, pero hará, inevitablemente, uso de esta, debido a la Guerra.
António de Oliveira Salazar, en la inauguración del Secretariado Nacional de la Información: "Políticamente, sólo existe aquello que el público sabe que existe."
Maria Velho da Costa, autora de una "Ova Ortegrafia": " Ecedi escrever ortado; poupo assim o rabalho a quem me orta... "
Aquilino Ribeiro, escritor portugués particularmente perseguido durante el Estado Nuevo