Gil Vicente

fue el primer gran dramaturgo portugués y poeta de renombre.La obra vicentina se considera reflejo del cambio de los tiempos y el paso de la Edad Media al Renacimiento, un balance de una época en la que las jerarquías y el orden social eran regidos por reglas inflexibles, hacia una nueva sociedad donde se comienza (muy vagamente, claro, y apenas en su vertiente teatral) a subvertir el orden instituido.Fue, de hecho, el principal representante de la literatura renacentista portuguesa, anterior a Camões, e incorporó elementos populares en su escritura, que a su vez influyó en la cultura popular portuguesa.Doña Leonor pidió al dramaturgo la repetición de la pieza por las mañanas de Navidad, pero el autor, considerando que la ocasión pedía otro tratamiento, escribió el Auto pastoril castellano.Gil Vicente que, además de haber escrito la pieza, también escenificó y representó, usó, con todo, el cuadro religioso navideño en una perspectiva profana.Es probable que Gil Vicente hubiera asistido a algunas de estas representaciones.Con todo, sin duda alguna, las supera en maestría y en profundidad, tal como diría Marcelino Menéndez Pelayo que le consideraba la «figura más importante de los primitivos dramaturgos peninsulares» y llegó a afirmar que no había «quien lo superase en la Europa de su tiempo».Su obra viene a continuación del teatro ibérico popular y religioso que ya se hacía, aunque de forma menos profunda.Gil Vicente retrató, con refinada comicidad, la sociedad portuguesa del siglo XVI, demostrando una capacidad aguda de observación al trazar el perfil psicológico de los personajes.Son generalmente apuntados, como aspectos positivos de sus piezas, la imaginación y originalidad evidenciadas; el sentido dramático y el conocimiento de los aspectos relacionados con la problemática del teatro.Algunos autores consideran que su espontaneidad, aunque reflejando de forma eficaz los sentimientos colectivos y representando la realidad criticable de la sociedad a la que pertenecía, pierde en reflexión y en perfección.Por ese motivo es, a veces, llamado «el poeta de la Virgen».El lirismo amoroso, por otro lado, consigue aliar algún erotismo y alguna obscenidad con influencias más eruditas (Petrarca, por ejemplo).
Gil Vicente, tal como se acostumbra representar.
Guimarães: uno de los lugares que reclama ser la cuna del dramaturgo.
El Monólogo del vaquero , como habría sido representado por el propio Gil Vicente, de acuerdo con la visión del pintor portugués Roque Gameiro.
Obras de Garcia de Resende, donde se incluye la Mixcelania donde se defiende para Gil Vicente la paternidad del teatro portugués.
Ilustración de la edición original del Auto de la Barca del Infierno.
Auto de Mofina Mendes, donde se incluye una anunciación, de acuerdo con los temas marianos, del gusto del autor.