El cargo, establecido en su forma actual bajo el título de ministro de Gobernación y Policía y Relaciones Interiores y Exteriores, durante la jefatura de estado de José María Alfaro Zamora,[1] es uno de las más importantes en el gabinete presidencial costarricense dado el peso que normalmente se le da, en la política costarricense, a la participación del país en foros internacionales y en el manejo de la diplomacia y las relaciones internacionales.
El canciller, quien es nombrado por el presidente de Costa Rica por medio de un decreto presidencial, tiene, entre algunas de sus funciones, el representar diplomáticamente y consularmente al gobierno en el exterior y ante las instituciones eclesiásticas del país, resolver los asuntos concernientes a la demarcación y al territorio nacional y de sus fronteras, cuidar de las cortesías y cordialidades internacionales y de culto, entre otras.
El cargo fue ocupado por primera vez por José María Castro Madriz, quien posteriormente asumió la presidencia de la República.
La sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto se encuentra en la Casa Amarilla, en el cantón de San José.
Algunos cancilleres pertenecían a partidos políticos distintos a los del presidente de la República.