[Nota 1] Caracterizado por un notable sentido del humor,[Nota 2] en Italia se recuerda a Juan XXIII con el cariñoso apelativo de «Il Papa Buono» (en español: «el papa bueno»).Fue beatificado durante el «Gran Jubileo» del año 2000 por Juan Pablo II.[3] A dicha ceremonia también asistió Benedicto XVI, entonces ya papa emérito.El ambiente religioso de su familia y la vida parroquial bajo la guía del padre Francesco Rebuzzini, le proporcionaron a Angelo formación cristiana.Roncalli entró en el seminario de Bérgamo en 1892 y recibió la tonsura dos años más tarde.[6] En 1905, fue nombrado secretario del obispo de Bérgamo, Giacomo Radini-Tedeschi, un pastor impulsado por un fuerte compromiso por los desamparados.Ocupó estos puestos hasta la muerte de «su» obispo, como siempre recordaría a Radini-Tedeschi, acaecida en 1914.[9] Eligió como su lema episcopal "Obedientia et Pax", divisa que tomó del cardenal Caesar Baronius, de quien había escrito un libro y a quien consideraba modelo de obispo.El rey búlgaro quedó tan impresionado que lo recibió en audiencia privada, siendo un acto inédito porque los visitadores apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las relaciones entre la minoría católica y la mayoría ortodoxa eran muy tensas.[11] Por cuestiones territoriales, Grecia estaba en conflicto constante con Turquía, y mantenía una mala relación con la Iglesia católica.[9] Durante los seis años en que permaneció en ese cargo, tuvo un desempeño esencialmente pastoral, impulsando el sínodo diocesano.Visitó, entre otros lugares, San Sebastián, Pamplona, Javier, Bilbao, Comillas, Covadonga, Oviedo, Gijón, Lugo, Santiago de Compostela (alojándose en el C.M.En referencia a la expresión «papa de transición», su secretario personal comentó: Ni los cardenales ni el resto de la Iglesia esperaban que el temperamento alegre, la calidez y la generosidad del papa Juan XXIII cautivaran los afectos del mundo de una forma en que su predecesor no pudo.Este Concilio fue inspirado en la figura del papa Pío IX, precursor del Concilio Vaticano I y quien, según Juan XXIII, nadie en la historia de la Iglesia había sido tan amado y tan odiado a la vez.Durante su pontificado nombró 37 nuevos cardenales, entre los cuales por primera vez un tanzano, un japonés, un filipino, un venezolano, un uruguayo y un mexicano.[22] Con todo, el especialista vaticano Andrea Tornielli confirmó en nota en el Vatican Insider del periódico La Stampa que no existió ninguna excomunión ad personam para Fidel Castro, ni Juan XXIII tomó ninguna decisión en ese sentido.[23] Juan XXIII escribió ocho encíclicas en total, según el siguiente orden cronológico:[24] Su magisterio social en las encíclicas Mater et Magistra y Pacem in terris fue profundamente apreciado.Esto, a su vez, implicó una virtual abolición del concepto de guerra justa.Era la primera vez que la Santa Sede creaba una estructura consagrada únicamente a temas ecuménicos.Al Concilio fueron invitados como observadores miembros de diversos credos, desde creyentes islámicos hasta indios americanos, al igual que miembros de todas las Iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos, cuáqueros, y protestantes en general, incluyendo, evangélicos, metodistas y calvinistas no presentes en Roma desde el tiempo de los cismas.Finalizó sus días sin ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día de la Iglesia".Cuando su cuerpo fue exhumado en el año 2000, corrió el rumor de que se hallaba incorrupto, pero fuentes de la Santa Sede lo negaron, recordando que había sido embalsamado.Pier Paolo Pasolini le dedicó una de sus películas, El Evangelio según San Mateo.[3] El libro Introducción a la Francmasonería de Jaime Ayala Ponce (publicado en México) se afirmaba que Angello Roncalli, cuando era nuncio apostólico en Turquía, había sido iniciado en una logia masónica.Pese a que Ayala Ponce le adjudicaba a Carpi el hacer una “investigación seria”, aunque únicamente realizó una obra periodísticamente débil sin ninguna prueba documental seria.
Piazza del Popolo
. Allí se localiza la basílica de Santa María de Monte Santo, donde Roncalli fue ordenado sacerdote.
Juan XXIII en 1959
Fotografía de
Santiago Alberione
saludando al papa Juan XXIII. Para «llevar la Palabra de Dios a todos los pueblos y gentes», el padre Alberione fundó en 1924 la Sociedad Bíblica Católica Internacional, que fue aprobada solemnemente por Juan XXIII en 1960.