Io (mitología)
[5] La doncella Ío, ya desde los trágicos griegos, es referida como hija del dios fluvial Ínaco.Argos ató la vaca a un olivo que había en el bosque de Micenas.[13] Entonces Hera envió un tábano en persecución de la vaca,[14] la cual primero se dirigió al golfo por ella denominado Jónico, luego a Iliria y, habiendo recorrido en monte Hemo, cruzó el llamado entonces estrecho Tracio y ahora, desde su paso, Bósforo («paso de la vaca»).Zeus al saberlo aniquiló a los Curetes e Ío salió en busca de su hijo vagando por toda Siria (pues le había sido revelado que allí lo criaba la esposa del rey de Biblos); una vez encontrado Épafo, volvió a Egipto y se casó con Telégono, a la sazón rey de los egipcios.Este llegó hasta el Quersoneso de Caria, y al no encontrarla se instaló allí por miedo a regresar sin cumplir su misión, fundó una ciudad y se convirtió en rey de parte del territorio.Los argivos tienen un nombre oculto para la Luna, y la llamaban Io en secreto hasta hace poco.Entonces Pico se enteró de que Ínaco tenía una hija virgen y hermosa.Pero Io reaccionó negativamente a este incidente y no quiso estar con Pico.Lo mismo hizo su hijo Fauno, quién una vez ascendido a rey de Italia, tomó el nombre en honor al dios Hermes, y a diferencia de su padre, fue deificado en vida durante su estancia en Egipto.Y, como pruebas de eso, afirman que ellos ofrecen no mitologías como los griegos, sino hechos evidentes: casi todo el mundo habitado testifica en su favor afanándose en sus honras por su aparición en las curaciones.[25] Entre los egipcios se cree que Apis es el dios cuya presencia es más manifiesta.Los griegos lo llaman Épafo lo atribuyen a su madre, la argiva Ío, hija de Ínaco.[28] Juno descubriendo a Júpiter con Ío es un cuadro del pintor Pieter Lastman, realizado en 1618, que se encuentra en la National Gallery de Londres.Otros artistas como Correggio en su obra Júpiter e Ío, Rubens, Ambrogio Figino o Andrea Schiavone trataron el tema.