[3] Cuando Edipo abdicó del trono de Tebas abrumado por su tragedia, sus hijos varones decidieron compartirlo, alternándose en el poder cada año.
Edipo los maldijo por el trato denigrante que le habían dado, pero los hermanos ignoraron sus advertencias y confiaron en la buena fe recíproca.
Intentando dar fin a la contienda, Etéocles y Polinices se enfrentaron en lucha singular, y acabaron traspasándose mutuamente con su espada, lo que facilitó que su tío Creonte se proclamase nuevo rey de la ciudad.
Pero Antígona desafió este decreto y salió de la ciudad para incinerar a su hermano.
Hemón, destrozado por la colosal tragedia, se suicidó después a los pies de su amada Antígona.