Gelánor, su rey, los acoge en su casa de Argos, ciudad a la que Dánao está ligado por su ancestro Ío.
El sátiro, furioso, intenta forzarla aunque Poseidón interviene y salva a la muchacha, entregándose ésta al dios.
[6] En otra versión, las Danaides trajeron el agua a Argos al descubrir gran número de pozos.
Dánao decapitó a los príncipes muertos de Egipto, y mandó enterrar sus cabezas en Lerna.
Desde entonces Lerna vino a convertirse en un pantano nauseabundo, futura vivienda de la Hidra.
Por el crimen cometido, las Danaides fueron perseguidas por las Furias, y arrojadas al Hades donde recibieron como castigo, con la excepción de Hipermnestra, llenar con agua una tinaja agujereada.
Efectivamente, Dánao inventó esto para sus hijas: como nadie quería casarse con ellas a causa de su crimen, Dánao anunció que las daría en matrimonio sin dar dote al padre de la novia a cada uno la que le gustase por su belleza.
Hipóstrato, por ejemplo, dice que Dánao engendró a las cincuenta muchachas con Europa, una náyade hija del Nilo.