Novela policíaca

Las novelas policíacas poseen todas ellas una línea común que otorga cohesión a esta modalidad literaria, pero, al mismo tiempo, son tan diferentes entre ellas como distintos son los numerosos autores que han cultivado, y cultivan, este tipo de narrativa.Es un género tan moderno como la misma narrativa de ciencia ficción y se desarrolló, como ella, para responder a una demanda sociocultural concreta durante los siglos XIX y XX; en sus inicios fue calificada como "literatura barata" o "subliteratura", porque el crimen era de por sí un tema antiestético y que se pensaba no podía alcanzar trasfondo moral o artístico.Les crimes célèbres (1839-41) es una colección de ocho volúmenes de pitavals dirigida por Alejandro Dumas que tuvo un gran éxito en Francia,[1]​ y fue imitada en Gran Bretaña (English causes célèbres, or, Reports of remarkable trials, Londres, 1840),[2]​ entre otros países.Al mismo tiempo se organizaban los primeros cuerpos estatales de Policía.En esos años también se prohibió la tortura para la confesión de los criminales, y comenzaron a buscarse indicios para que un sospechoso confesara su culpabilidad por medios menos cruentos, por ejemplo, enfrentándole a los hechos y pidiéndole explicaciones.Doyle, junto a Agatha Christie y otros autores, llevaron el género a su madurez, formando la llamada escuela inglesa de novela policíaca, caracterizada por un desarrollo casi matemático de la trama, centrada en la resolución del enigma a través de pistas y piezas que deben encajarse, fórmula intelectualizada y psicológica en sus mejores momentos, que es desenvuelta casi siempre en espacios interiores y en estratos sociales de clase alta.Entre los ingleses merece también citarse a Wilkie Collins quien, con La piedra lunar (The Moonstone, 1868) es considerado como uno de los precursores del género (T. S. Eliot).En Rusia, hay que citar desde luego a Alexándr Andréyevich Shkliarevski (1837 - 1883), quien anticipa ya el subgénero de la novela negra.Hay un estrecho margen de tiempo, más bien, en el que la causalidad hace su trabajo.Algunos autores aprovecharán incluso este hecho para opinar sobre el origen social de la novela policíaca desde un enfoque marxista.Varios escritores o cineastas comenzaron a incluir escenas de la guerra en sus producciones, haciendo que las personas tomaran conciencia de lo que estaba sucediendo, tal vez no tan directamente sino en metáforas.Trata los casos con paciencia y los resuelve con un gran análisis lógico y empírico de las pruebas (el llamado whodunit) que lo llevará a saber quién es el culpable sin tener que recurrir a la violencia o al uso de armas.El relato detectivesco "negro" prototípico es el hard-boiled, divulgado a través de revistas como Black Mask, Detective Store o Dime Detective, por autores como Dashiell Hammett, Erle Stanley Gardner, Carroll John Daly, y el propio Raymond Chandler; formuló sus principios en The Simple Art of Murder ("El simple arte de matar", 1950) de Chandler, tiene su institución en la asociación Mystery Writers of America y, aparte de importantes escritores norteamericanos de la misma como Jim Thompson, Patricia Highsmith, William Irish, Chester Himes, Ross Mcdonald, William R. Burnett, James M. Cain, Stanley Ellin, y James Hadley Chase, entre otros muchos, cuenta también con una importante nómina de cultivadores en las demás literaturas europeas e hispanoamericanas: Georges Simenon, Manuel Vázquez Montalbán, Leonardo Sciascia, Lorenzo Silva o Andrea Camilleri, por ejemplo, entre un número tan crecido que no es posible hacer cuenta exacta.Las características del género negro (galicismo que se debe a la Série noire de la editorial francesa Gallimard), en su modalidad hard-boiled, son: En España surge con fuerza la novela policíaca en el último cuarto del siglo XX y convertida en un género político con el que hacer una disección social y una crítica cultural, como espacio para la resistencia política y el análisis subversivo de una realidad, los últimos años de la dictadura franquista.[7]​ Para Manuel Vázquez Montalbán, la novela negra da al delito una dimensión social urbana y se ubica en un cuestionamiento del capitalismo permitiendo toda una serie de relaciones humanas.Al estallar la contienda, se refugió en Ribadeo donde su hermano fundara el céntrico Café Mediante, que aún regentaba.Y entonces se dedica de lleno, hasta su muerte, a escribir novelas populares.[12]​ El género en los últimos años, cambió en bastantes formas, de las cuales se pueden observar claramente dos: (1) la mezcla de la novela negra y la escuela inglesa, que dieron como resultado detectives con armas y entrenados para su uso (novela negra), al mismo tiempo (2) también se sigue viendo el análisis que se hace para resolver el caso junto a la observación (escuela inglesa).
Efigie de Sófocles.
Edgar Allan Poe.