Se graduó en Literatura Hispanoamericana en la Fundación José Ortega y Gasset de Toledo, España, y luego residió un tiempo en el kibutz Mefalsim, en el sur de Israel.
En su ópera prima empieza a aparecer la imagen de Bogotá como “ciudad travesti”, un concepto que él explicará más adelante en un conversatorio realizado en la Biblioteca Luis Ángel Arango, en mayo de 2004.
Una metrópoli finisecular, que parece sacada de las páginas de El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, pues es una multiplicidad de facetas superpuestas en constante tensión, un monstruo seductor cuya esencia no es posible determinar si “baja del hondo cielo o emerge del abismo”.
En sus novelas se pueden rastrear los barrios, los puentes, los colegios, las calles, las universidades, los parques y los cambios que ha ido experimentando la capital colombiana en estas décadas.
La literatura entonces, como la resistencia ante las injusticias del sistema, da cuenta de la realidad social y la expone sin tapujos a la sociedad.