Salafismo

Rechazan la imitación (taqlid) de las escuelas jurídicas medievales, las tendencias esotéricas y las innovaciones (bida'h) para evitar interpretaciones del Corán.

[7]​ A finales del siglo XIX, Jamal a-Din al-Afghani y Muhammad Abduh protagonizaron un reformismo islámico en Egipto que más tarde sería conocido como "salafismo modernista".

[10]​ Henri Laoust se basó en la teoría de Massignon y popularizó el neologismo «Salafismo» (as-salafiyya) con un artículo que publicó en 1932.

Este ambiente de decadencia del mundo musulmán frente a potencias extranjeras es fundamental en el pensamiento desarrollado por Ibn Taymiyya.

Si el dirigente político iba en contra de la misma entonces la población tenía derecho a rebelarse y expulsarle.

Para la época de los siglos XX y XXI el enemigo serían las potencias occidentales encabezadas por Estados Unidos.

Aquí se hace necesario señalar que algunos autores retrasan un siglo el retorno de esta ideología, ligada al wahabismo[16]​ fundado por Muhámmad Ibn Abd-al-Wahhab.

Por lo tanto un cambio político en dirección al establecimiento de un gobierno constitucional o incluso republicano se hace necesario para poder avanzar.

Al igual que su maestro critica a los pueblos no árabes por permitir la decadencia del Islam (turcos e iranios) y es un ferviente antioccidentalista.

Por lo tanto aquí tenemos una evolución del salafismo hacia una postura práctica gracias al establecimiento de un partido político que encauce la acción.

Para él los que se oponen a la islamización del estado y de la sociedad son yahilies (paganos).

No obstante esta alianza se rompe definitivamente en 1992 cuando los Hermanos Musulmanes critican duramente al estado saudí por apoyar a Estados Unidos durante la Primera Guerra del Golfo, hecho que les llevará a ser expulsados de los países del Golfo Pérsico.

Los salafistas rechazan todo aquello que dicen identificar como interpretaciones humanas posteriores a la revelación del Profeta.

La sharía debe ser aplicada por el estado a la sociedad dado que es perfecta y procede de Dios.

[29]​ A pesar del antagonismo con los salafistas yihadistas, los quietistas también defienden el compromiso con la yihad defensiva, e incluso ofensiva, para hacer uso de ella según las circunstancias.

En Egipto, Túnez, Kuwait y Yemen, la formación de partidos políticos salafistas tuvieron éxito electoral tras las Primaveras Árabes.

Los predicadores de esta organización defienden la visión literalista del islam; se inspiran en teólogos salafistas como Ibn Baaz y al-Albani.

Mohammad Abd el-Salam Faraj será quien situará la yihad ofensiva como la obligación primera de todo musulmán, siempre y cuando la sharia no este aplicada.

Sin embargo, el movimiento salafista ha rechazado totalmente la posibilidad de que las mujeres o los cristianos puedan ejercer cargos políticos.

[58]​ Figuras como Alal el-Fassi fundaron el núcleo del nacionalismo marroquí apoyados sobre la ideología salafí que estaba en plena expansión.

El primer partido legalizado tras la caída de Ben Ali es Jabhat al islah, cuyos miembros se consideran los primeros salafistas modernos en Túnez desde los años 1980.

El elemento común que caracterizó a las asociaciones políticas y partidos salafistas durante la Revolución tunecina fue la mediatización de su discurso.

[65]​ La mayor parte de estos nuevos miembros son jóvenes, y el reclutamiento se produce tanto en internet como en la propia vía pública.

La atracción de jóvenes musulmanes a esta ideología tendría cinco causas:[73]​ 1) La extensión global del discurso salafista gracias al dinero saudí.

[74]​ El SUDC ha sido caracterizado como salafista por investigadores en la Universidad de Estocolmo y tiene muchas relaciones con la británica Abdur Raheem Green.

[74]​ Tres organizaciones islámicas en Malmö han invitado a conferenciantes con posiciones explícitamente antisemitas y homófobas, como Salman al-Ouda.

En 1970, Juhayman al-Utaybi se convirtió el líder de la JSM gracias a su carisma, su edad y su origen tribal.

"[79]​ El académico sirio Mohamed Said Ramadan Al-Bouti escribió varios libros refutando el salafismo, que incluyen Al-La Madhhabiyya (Abandonar los Madhhabs) es la Bid‘ah más Peligrosa que Amenaza a la Shari'a Islámica (Damasco: Dar al-Farabi 2010), así como Al-Salafiyya fue una época bendecida, no una escuela de pensamiento (Damasco: Dar al-Fikr, 1990).

[79]​ El Fadl afirma que grupos fanáticos como al-Qaeda "derivan sus premisas teológicas del puritanismo intolerante de los credos wahabí y salafí".

[84]​[85]​ Algunos salafíes que asistieron a una conferencia al respecto por The City Circle en el Reino Unido, sin embargo, se mostraron igualmente en contra de esto.

Una mezquita salafista en Payyanur ( India ).
Este lugar es el campo de batalla de Khandaq.