Batalla de Bagdad (1258)

El califa era una marioneta controlada por mamelucos o caudillos militares turcos de origen esclavo, no obstante seguía siendo el líder espiritual del Islam, y Bagdad era una ciudad rica y un importante centro cultural.

Hulagu exigió la rendición, pero el califa se negó y advirtió a los mongoles que provocarían la ira de Alá si le atacaban.

La destrucción de Bagdad fue hasta cierto punto una estrategia deliberada para intimidar a otras ciudades y reinos.

Bagdad seguiría siendo una ciudad despoblada y en ruinas durante siglos; solo tras mucho tiempo recuperaría parte de su antiguo esplendor.

Murió o huyó tanta gente que no fue posible mantener el sistema de canales.

[3]​ Otros historiadores no opinan lo mismo, y consideran que el declive en la agricultura fue ocasionado porque los mongoles sembraron de sal los campos.

El ejército de Hulagu atacando Bagdad.