Debido a su sonido grave, se usa habitualmente para marcar y mantener el pulso en diversos estilos de música.
Cada uno de estos parches se encuentra colocado sobre un aro inferior, los cuales tienen un diámetro ligeramente mayor que el casco.
Bombos más pequeños, como los utilizados en la batería o en música militar (especialmente los usados al aire libre), normalmente cuentan con parches de plástico, los cuales son más resistentes al agua y la humedad y tienen menos necesidades de mantenimiento.
En un pentagrama, la parte de bombo se escribe usualmente en el primer espacio, y a veces en el tercero.
En ese sistema, la parte para bombo se escribe bajo la primera línea, correspondiente a la nota re en clave de sol.
Se utilizaban a menudo además parches de distintas pieles, como cabra y cordero, para distinguir más los sonidos producidos.
[8][9] Los tambores turcos llegaron a Europa en el siglo XVIII con las tropas jenízaras y sus bandas militares, las cuales mostraban un fuerte énfasis en la percusión.
[15][16][17] El instrumento se golpeaba siguiendo usualmente la técnica turca, con baqueta ganchuda sólida en un parche y una varilla ligera en el otro, o en el casco.
Sobre esto, Julius Rietz comentó en 1868: «Las notas dobles en el bombo son hoy en día inexplicables para muchos.
Hacia mediados del siglo XIX, el bombo formaba ya parte habitual —junto con los timbales y el tambor militar— de los conjuntos orquestales.
[24] La moda del uso simultáneo de platillos y bombo alcanzó tal punto que Berlioz, en 1843, llegó a protestar en su Gran Tratado de Instrumentación por la forma en que algunos compositores empleaban esta práctica, la cual consideraba que estaba siendo sujeta «al más atroz abuso»: la grosse caisse (literalmente, «tambor grande») —como se solía llamar al instrumento debido a sus enormes proporciones— estaba siendo usada por «novatos en el arte hambrientos de efectos» que únicamente buscaban impresionar «a través de pomposidad orquestal y efectos potentes» en detrimento del atractivo musical.
Berlioz también consideraba intolerable la interpretación conjunta por un único músico, ya que el tono del plato perdía en calidad, con un ruido «como si uno dejara caer un saco lleno de hierros viejos y cristales rotos.
[26][b] El primer redoble —o trémolo— para ser ejecutado por un único percusionista aparece probablemente en Lo que se escucha en la montaña (1849), de Franz Liszt.
Asimismo, la técnica de ejecución fue evolucionando, y en el ámbito orquestal se empezó a golpear realizando un cierto arco amplio hacia abajo.
Balákirev utilizó este mismo sistema de notación en Tamara, para indicar el golpeo alternativo en ambos parches del instrumento.
[34] En las partituras orquestales, el bombo se ha convertido, junto con los platillos, en el instrumento de percusión más utilizado tras los timbales.
Es por esto que los bombos populares Latinoamericanos cuentan con gran influencia de tambores y tradiciones indígenas.
[37] Algunos ejemplos son el bombo legüero en Argentina, la zabumba brasileña, o las tamboras de México y Colombia.
En España persisten las tradicionales tamborradas, donde tocan agrupados gran cantidad de bombos y otros tambores populares.
Estos estilos demandaban más sonoridad, acompañando la introducción de instrumentos como la guitarra eléctrica que se habían visto evolucionados desde su diseño acústico tradicional.
Estas agrupaciones incorporaban instrumentos como cornetas, trombones y clarinetes, provenientes a menudo de la guerra entre estados, e incluían varios percusionistas para tocar caja, bombo y platillos, los cuales se veían usualmente acoplados al bombo.
[41] Sin embargo, muchos intérpretes encontraron el double drumming limitado y centraron sus esfuerzos en desarrollar métodos para liberar las manos y poder tocar ritmos en la caja mientras tocaban con el pie el bombo, colocado el suelo tal que los parches estuvieran de forma vertical.
Otros mecanismos no contaban siquiera con pedal alguno, y estaban formados por una cuerda atada directamente al zapato del músico.
No tenían ningún sistema apagador, y contaban con unas espuelas sujetas a los aros para mantener en su sitio el instrumento.
Si el parche es destensado demasiado se obtiene por el contrario un sonido blando y endeble, sin cuerpo tonal.
[60] En un bombo sinfónico, el golpe se suele ejecutar mediante un movimiento combinado de antebrazo y muñeca dirigido hacia el parche, pues un golpe directo —en contraposición a un movimiento circular u oblicuo— produce la máxima vibración y profundidad de tono del parche.
Se usa la palabra italiana legato para describir el golpe de bombo que produce un sonido grande y timbre redondo.
Esto se consigue mediante el uso de una maza bastante grande que cuente con suficiente peso para hacer vibrar los parches del instrumento sin causar un tono duro y seco, pues se busca producir un tono cálido y meloso sin un impacto marcado.
La técnica habitual utiliza para ello la rodilla derecha, mientras el plato superior se apaga con la ayuda del pecho, y el adherido al bombo con la mano que sostiene la maza.
[69] En Argentina, el uso del bombo con platillo se encuentra asimismo muy arraigado, y es un instrumento característico de la murga porteña.