[6] En psicoacústica la diferencia que mide la percepción de la intensidad musical se define como sonoridad.
No obstante, este tipo de indicaciones fueron empleadas por los compositores con moderación hasta el siglo XVIII.
Esto se refleja en los contrastes resultantes entre partes fuerte y suaves, el denominado "efecto eco" que consiste en repetir en piano un pasaje escuchado primero en forte.
Esto permitió a compositores como Bach crear dinámicas directamente en sus composiciones, sin la necesidad de indicarlas mediante notación.
A partir del siglo XVIII la dinámica musical asumió una significación propia e independiente.
Tras el Romanticismo, los compositores siguen ampliando los términos usados para describir las dinámicas, a veces, sustituyéndolas por expresiones relativamente objetivas como feroce.
Sin embargo, otros autores emplean expresiones propias, singulares y características de su propio estilo; como Erik Satie en sus famosas Gnossiennes en las que indica estos matices de un modo indirecto y personal: Plus intimement, sur la lange o Dans une saíne superiorité (con una saludable superioridad).
Esto supone la independencia de la dinámica sobre la nota o fragmento al que define, es decir, es tratada como una variable más en la lógica serial.
Asimismo los distintos grados de intensidad pueden matizarse mediante otros términos como piu, meno, etc.[3] Los acentos también forman parte de los signos dinámicos, indicando que una nota en particular debe ser ejecutada con una intensidad mayor.
En una sala de concierto grande deberán exagerarse los matices, mientras que un lugar pequeño requerirá lo contrario.