El decibelio o decibel,[1][2] con símbolo dB, es una unidad que se utiliza para expresar la relación entre dos valores de presión sonora, o tensión y potencia eléctrica (no es una unidad de medida).
La unidad básica es el belio (o bel) de símbolo B,[3] pero dada la amplitud de los campos que se miden en la práctica, se utiliza su submúltiplo, el decibelio.
El nombre se le ha dado en homenaje a Alexander Graham Bell.
Es una expresión que no es lineal, sino logarítmica, adimensional y matemáticamente escalar.
[4] Los decibelios se emplean en acústica, electricidad, telecomunicaciones y otras especialidades para expresar la relación entre dos potencias:[5] la magnitud que se estudia y una magnitud de referencia.
Esta unidad expresa una razón entre cantidades y no una cantidad, aunque a veces se relaciona con una base tomada como referencia y en esas ocasiones se expresa sobre un valor fijo (por ejemplo cuando se trata de medidas de intensidad de sonido, en acústica).
En audiofrecuencias un cambio de 1 decibelio (dB) apenas se nota.
Si se tiene dos valores de potencia diferentes, P1 y P2 (o dos voltajes V1 y V2), y se desea saber cuál es el cambio de una con respecto a la otra, se utiliza la siguiente fórmula: Como el decibelio es adimensional y relativo, para medir valores absolutos se necesita especificar a qué unidades está referida la medida: En algunos casos (especialmente en telecomunicaciones), al medir niveles relativos en decibelios, se da un nombre específico a la unidad, dependiendo del tipo de medida.
El oído humano no percibe igual las distintas frecuencias y alcanza el máximo de percepción en las medias, de ahí que para aproximar más la unidad a la realidad auditiva, se ponderen las unidades (para ello se utilizan las llamadas curvas isofónicas).
Por este motivo se definió el decibelio A (dBA), una unidad de nivel sonoro medido con un filtro previo que quita parte de las bajas y las muy altas frecuencias.
De esta manera, después de la medición se filtra el sonido para conservar solamente las frecuencias más dañinas para el oído, razón por la cual la exposición medida en dBA es un buen indicador del riesgo auditivo y vital.
Hay además otras unidades ponderadas, como dBC, dBD, adecuadas para medir la reacción del oído ante distintos niveles de sonoridad.
Se utiliza esta escala logarítmica porque la sensibilidad que presenta el oído humano a las variaciones de intensidad sonora sigue una escala aproximadamente logarítmica, no lineal.
Por ello el belio (B) y su submúltiplo el decibelio (dB), resultan adecuados para valorar la percepción de los sonidos por un oyente.
Se considera el umbral del dolor para el humano a partir de los 140 dB.
Esta suele ser, aproximadamente, la medida máxima considerada en aplicaciones de acústica.
con respecto a la referencia significa un aumento de 10 unidades (10 dB) aditivas en la escala logarítmica (intensidad subjetiva).
La ganancia de un dispositivo, expresada en decibelios viene dada por la fórmula: en donde PE es la potencia de la señal en la entrada del dispositivo, y PS la potencia a la salida del mismo.
Para sumar ruidos, o señales en general, es muy importante considerar que no es correcto sumar directamente valores de las fuentes de ruido expresados en decibelios.
son los valores de ruido o señal, expresados en decibelios, a sumar.