Las Gnossiennes son una serie de piezas para piano escritas por el compositor francés Erik Satie entre 1889 y 1897.
Esta colección junto a Trois sarabandes y las Gymnopédies suelen clasificarse como danzas.
[4][5][6] La composición de la última pieza marcó el final de un hiato compositivo que había comenzado en 1896 y se había prolongado dos años, durante el que Satie según su amigo Grass-Mick "no hizo nada en absoluto... Nunca lo vi trabajar ni escribir".
Quizá el compositor se encontraba desorientado por los acontecimientos ocurridos en Montmartre, como la muerte de Rodolphe Salis en 1897 y el consiguiente cierre del célebre cabaré Le Chat Noir.
Satie utilizó muchos nombres nuevos para sus creaciones ("vexations", "croquis et agaceries" y así sucesivamente).
La segunda gnossienne incluso puede haber sido compuesta ese mismo año puesto que el manuscrito está fechado "abril 1893".
La primera publicación de estas piezas agrupadas y numeradas tal como se conocen en la actualidad fue llevada a cabo por Rouart-Lerolle en 1913.
Sin embargo, en la segunda publicación de las Trois gnossiennes, Satie había roto ya desde hacía bastante tiempo con los rosacruces.
[8] Ninguna de ellas parece haber sido numerada, ni tan siquiera titulada como gnossienne por el propio Satie.
Es muy poco probable que el compositor las hubiera considerado tres integrantes de un solo conjunto.
Satie, hombre extravagante y pionero, reveló su verdadera naturaleza en estas seis composiciones para piano.
A lo largo de toda la partitura aparecen extensamente indicaciones ingeniosas e incluso poéticas escritas por Satie.
[10] En la primera pieza da instrucciones al intérprete para que toque très luisant ("muy brillantemente"), du bout de la pensée ("desde la punta del pensamiento") y sur la langue ("sobre la lengua").
[1] Puede parecer poco revolucionaria a oídos modernos, pero si se considera en el contexto del alto romanticismo y el primer expresionismo, la elegancia espartana de la pieza es notable.
[9] Las escalas utilizadas presentan similitudes con las formas transpuestas de los modos dórico, frigio y locrio.
La primera vez que suena la melodía está marcada con la indicación avec étonnement ("con asombro") y se repite con la admonición típicamente irrelevante ne sortez pas ("no salgas").
Surge una segunda melodía más serpenteante y melancólica, marcada dans une grande bonté ("con una gran bondad").
A continuación, el compositor retrocede a través de la segunda melodía, con las indicaciones avec une légère intimité y sans orgueil ("con una ligera intimidad"; "sin orgullo"), hasta una repetición final de la primera melodía.
En todo momento, la armonía se desplaza en direcciones inesperadas hacia reinos lejanos, manteniendo una inestabilidad constante y una sensación de inquietud, por letárgica que sea.
Las líneas melódicas usan en ocasiones el modo eólico y otras veces la escala menor húngara.
La atmósfera inicial y el carácter modal se asemejan mucho a la Gnossienne n.º 1, pero sus melodías más aventureras llevan a esta pieza mucho más lejos de la base armónica estable que se mantuvo constante en la n.º 1.
[14] Estas tres piezas según Meredith Gailey son con diferencia las mejores de las seis y las más elegidas para la grabación.
Como consecuencia de ello esta música se conoce a veces como la séptima gnossienne.