Existen variantes con una, dos o cinco patas y algunas personas se refieren a estos taburetes como «sillas sin respaldo».
Parece que el tambor debe su origen al persa tabir, a través del árabe tanbûr.
El taburete se compone del asiento y de los pies; el asiento puede ser cuadrado, circular, ovalado, oblongo o de cualquier otra forma, aunque las cuatro anteriores son las más generales; los pies pueden ser tres o cuatro.
Con el fin de que no se lastime la mano al levantarlo, el taladro lleva las aristas redondeadas.
dan a estos taburetes el nombre de puf, el puf es más bien una especie de sofá bajo, pero sin respaldo ni brazos, en el que pueden sentarse una o más personas, mientras que el taburete sólo sirve para una.
Al doblar el asiento, se monta la parte que lleva el respaldo sobre la otra y el respaldo se apoya en el suelo, tomando así el taburete forma de escalera y constituyendo un mueble útil para bibliotecas, almacenes, entre otros.
Si bien es cierto que no siempre revelan la misma solidez, en cambio ofrecen líneas elegantes y trazadas con esmero.
En los siglos XVII a XIX siguieron los taburetes el gusto general decorativo imperante en las sillerías, conservándose ejemplares de mucho mérito.
La tendencia moderna de lujo y comodidad en los muebles se advierte también en los taburetes, que se construyen almohadillados y tapizados en forma que haga juego con la decoración general del aposento, especialmente de las sillerías.