[7] Aunque se desconoce la organización exacta de esta primera ciudad íbera, las viviendas estaban realizadas en adobe y tapial, mientras que a partir del siglo V a. C. se empezaron a construir de mampostería.
La imagen de culto, dedicada a la diosa Caelestis, no albergaba forma humana, al igual que en otros santuarios íberos como el hallado en el oppidum de Puente Tablas (Jaén), sino que era un betilo estiliforme, en este caso una columna coronada por un capitel foliáceo.
Con el alzamiento de Augusto como primer emperador romano, la ciudad alcanzó un nuevo estatus tal y como demuestran los relevantes cargos a elegir en el momento en la ciudad: aediles y duoviri, entre otros.
Torreparedones ha sido identificada en varias ocasiones como Ituci Virtus Iulia, población descrita por Plinio el Viejo e incluida en el Conventus Astigitanus, una división de la provincia romana de la Bética con capital en Écija,[11] aunque varios estudios arqueológicos más recientes la identifican con la localidad de Bora, descrita por Plinio el Viejo como Ebora Cerealis.
[12] Las diversas excavaciones han sacado a la luz grandes monumentos romanos como el foro, de unos 528 metros cuadrados, tres termas romanas, un macellum (mercado), uno de los pocos ejemplos conservados en la península ibérica, un templo dedicado al culto imperial, entre otros.
[8] Las termas romanas de la Salud, también conocidas como termas orientales, son las terceras documentadas en la ciudad y fueron construidas en la primera mitad del siglo I, durante el reinado del emperador Tiberio (r. 14-37), y más tarde fueron reformadas durante época flavio-trajanea (60-125), hasta su abandono definitivo en el siglo II.
[3] Los otros dos espacios termales son unos pequeños baños junto al foro y las termas denominadas balneum calpurnianum, ubicadas donde ahora se encuentran los restos de la ermita de las Vírgenes (siglo XVI).
Dicha denominación se debe a que fueron patrocinadas por un ciudadano llamado Marco Calpurnio.
[14] El mercado o macellum es uno de los pocos ejemplos conservados en la península ibérica.
Se han detectado hasta cuatro fases constructivas del edificio, comenzando en el siglo I y perdiendo su función comercial en el siglo III, más tarde pasó a utilizarse como redil de animales y, finalmente, como cementerio.
[8] La casa del panadero fue la primera domus romana en ser excavada al completo en el yacimiento de Torreparedones entre 2015 y 2017.
Su superficie ronda los 700 metros cuadrados y se encuentra en la zona meridional del asentamiento.
[17] Existe constancia de la presencia musulmana en Torreparedones entre el Califato de Córdoba (siglo X) hasta al menos el siglo XII tal y como demuestra la cerámica y numismática hallada, así como algunas estructuras murarias.
Por este motivo, a finales del siglo XIII se construyó el castillo de Torreparedones, en forma trapezoidal, apareciendo en esta fecha las primeras referencias.
El templo cristiano se alzó sobre los restos de unas termas romanas conocidas como balneum calpurnianum.
Se conoce que un caballero de Córdoba visitó el templo en 1644 y describió su retablo.
[20] Añade que las inscripciones que mencionan a militares son muy escasas en la Bética, documentándose dichos veteranos en calidad de colonos de las colonias fundadas por Julio César y Augusto durante la segunda mitad del siglo I a. C. «De tal modo que el personaje al que alude el epígrafe, cuyo nombre no se ha conservado, sería un veterano perteneciente a la trigésimo tercera legión, quien, tras licenciarse, se habría establecido en la colonia Virtus Iulia, junto con otros soldados, donde debió recibir tierras como premio a su trayectoria militar».