A principios del siglo XX, Christian Hülsmeyer obtuvo la primera patente en tecnología de radar, en el año 1904.Seis años más tarde Gotthelf Leimbach y Heinrich Löwy aplicaron esta tecnología para localizar objetos enterrados bajo tierra.Ya en 1926 el Dr. Hülsenbeck introduce el sistema de radar por pulsos, lo que permitió mejorar notablemente la resolución en profundidad, siendo una técnica que se sigue empleando ampliamente en nuestros días.No es hasta después de la Segunda Guerra Mundial que esta tecnología se retoma, en especial orientada a aplicaciones militares tales como localizar túneles en la zona desmilitarizada comprendida entre Corea del Norte y Corea del Sur.Un GPR también se utiliza para investigar las propiedades de las capas del suelo.
Gráfico de un radar de penetración terrestre (radargrama), hecho a un cementerio histórico de Alabama. Las reflexiones
hiperbólicas
indican la presencia de reflectores enterrados bajo la superficie, posiblemente asociados a entierros humanos