Castillo de Baena

Las primeras referencias al castillo de Baena son dadas por historiadores musulmanes desde finales del siglo IX, durante las revueltas del rebelde Omar ibn Hafsún contra el Emirato de Córdoba.

[3]​ La estructura se conservó casi intacta hasta 1879, cuando la familia noble vendió la fortaleza[2]​ y comenzó a ser usada como cantera y en su recinto se alzaron algunos edificios, demoliéndose un arco de herradura a mediados del siglo XX.

[4]​ Desde entonces se encontraba en estado ruinoso, algunos autores incluso afirmaron categóricamente que a partir de los restos que han sobrevivido «aún es posible hacerse una idea de su envergadura y de la importancia que debió tener».

[6]​ El Arco de Consolación, construido a base de mampostería, se encontraba abandonado en la década de 1990 y también enlucido, y el Arco Oscuro, que fue edificado con ladrillos y sillarejo, fue reconstruido y dispone de un tejado con cubiertas a cuatro aguas, siendo necesario destacar que en su interior hay una estancia cubierta con un artesonado mudéjar y que en ella se reunía en siglos pasados el cabildo de Baena.

[7]​ Entre los dos arcos o puertas mencionados anteriormente se halla un lienzo de la muralla que protegía el extremo sur de la población y que cuenta con algunos torreones y también con algunas almenas reconstruidas en época moderna.