[1] La teosofía está formada por un conjunto de enseñanzas y doctrinas difundidas bajo ese nombre por Blavatsky a finales del siglo XIX.Blavatsky describió sus ideas en dos libros, Isis sin velo y La doctrina secreta, que se convirtieron en textos clave dentro de la teosofía.Bajo la sucesora de Judge, Katherine Tingley, se estableció una comunidad teosófica llamada Lomaland en San Diego, California.Tal y como la presentó Blavatsky, la teosofía enseña que existe una antigua y secreta hermandad de adeptos espirituales conocidos como los Maestros ascendidos, que se encuentran en todo el mundo, pero principalmente centrados en el Tíbet.Blavatsky afirma que estos Maestros han cultivado una gran sabiduría y poderes sobrenaturales, y los teósofos creen que iniciaron el movimiento teosófico moderno al difundir sus enseñanzas a través de Blavatsky.La hermandad universal y la mejora social son principios rectores, aunque no hay un marco ético particular.[4] Olav Hammer y Mikael Rothstein la calificaron como «una de las tradiciones religiosas más importantes del mundo moderno».[6] Varios académicos han señalado su naturaleza ecléctica; Joscelyn Godwin la describió como un «movimiento religioso universalmente ecléctico»,[7] mientras que el académico J. Jeffrey Franklin caracterizó la teosofía como una «religión híbrida» por su combinación sincrética de elementos de otras fuentes.[16] La Escala de Oro formulada por H. P. Blavatsky sintetiza estos conceptos: Vida limpia, mente abierta, corazón puro, intelecto despierto, percepción espiritual sin velos, afecto fraternal para todos, presteza para recibir consejo e instrucción, obediencia voluntaria a los mandatos de la verdad una vez que hayamos puesto nuestra confianza en ella y veamos que el instructor la posee.En los tiempos modernos, perspectivas que pueden clasificarse como teosóficas han sido sostenidas por rosacruces y por masones especulativos.Los teósofos modernos afirman que todas las religiones del mundo contienen esa enseñanza interna, y se dedica mucha atención a descifrar el significado oculto en los textos sagrados.[20] Sin embargo, teósofos posteriores como Annie Besant y Charles Leadbeater también han realizado revisiones e innovaciones.[18] Sin embargo, los Maestros más destacados que aparecen en la literatura teosófica son Koot Hoomi (a veces escrito Kuthumi) y Morya, con quien Blavatsky decía estar en contacto.[18] Según la creencia teosófica, los Maestros se acercan a aquellos considerados dignos de embarcarse en un aprendizaje o chela.[22] Campbell señaló que, para los no teósofos, las creencias sobre la existencia de los Maestros se encuentran entre las más débiles del movimiento.[18] La teosofía tendía a enfatizar la importancia de textos antiguos por encima del ritual y la costumbre populares que se encuentran en varias tradiciones religiosas.[3] La teosofía defiende una cosmología emanatista, afirmando que el universo es un reflejo externo del Absoluto.[4] En consecuencia, Blavatsky enseñaba que una vida limitada por la percepción de este mundo ilusorio era ignorante y engañosa.[4] La segunda Raza raíz, conocida como los Hiperbóreos, también se formó a partir de espíritu puro y vivió en una tierra cerca del Polo norte, que para entonces tenía un clima templado.[4] La tercera vivió en el continente de Lemuria, que Blavatsky alegaba sobrevive todavía hoy como Australia y Rapa Nui.[4] En este punto, apareció la cuarta Raza raíz, que vivía en el continente de la Atlántida; tenían cuerpos físicos pero también poderes psíquicos y tecnología avanzada.Creía además que la humanidad se desarrollaría con el tiempo en la séptima Raza raíz final.[24] Afirmaron que Maitreya había encarnado previamente en la Tierra como Krishna, una figura del hinduismo.[24] Besant y Leadbeater afirmaron luego que Maitreya vendría nuevamente a la Tierra manifestándose a través de un niño indio llamado Jiddu Krishnamurti, con quien Leadbeater se había encontrado jugando en una playa de Adyar en 1909.[25] En Isis sin velo, Blavatsky afirmó que el alma humana progresa a través de más planos espirituales tras la muerte corporal.[24] Por ejemplo, afirmaron haber alcanzado el conocimiento de sus propias vidas pasadas como criaturas parecidas a monos que residían en la luna, donde sirvieron como mascotas al «hombre de la luna» (una encarnación previa del Maestro Morya), su esposa (Koot Humi) y su hijo (el Señor Maitreya).Otro de sus miembros fue el doctor José Roviralta Borrell (1856-1926), quien realizó en 1896 una importante traducción del Bhagavad-gītā.Posteriormente, Helena Blavatsky tuvo en España como difusor al "teósofo y ateneísta" Mario Roso de Luna.Las principales personalidades influidas por la doctrina de la teosofía en estas dos regiones de América fueron: Eunice Odio, Leopoldo Lugones,Joaquín Torres García, Rubén Darío, Gabriela Mistral, José Ingenieros, José Martí, Amado Nervo, Alberto Masferrer, Salarrué, Roberto Brenes Mesén, Maximiliano Hernández Martínez, César Dávila Andrade, entre otros.Actualmente se ha instalado en Chile un centro que rige a los movimientos teosóficos de toda América Latina, CTAL.