El paganismo moderno se desarrolló dentro del ocultismo e incluye movimientos religiosos como la Wicca.
[4] Así, el término «esoterismo» surgió como consecuencia del Siglo de las Luces y de su crítica a la religión institucionalizada, durante el cual grupos religiosos alternativos como los rosacruces comenzaron a desvincularse del cristianismo dominante en Europa occidental.
«Esoterismo» y «ocultismo» se emplearon a menudo como sinónimos hasta que académicos posteriores distinguieron los conceptos.
[2][4] A finales del siglo XVII, varios pensadores cristianos europeos presentaron el argumento de que se podían clasificar juntas ciertas tradiciones de la filosofía y el pensamiento occidentales, estableciendo así la categoría que ahora se denomina «esoterismo occidental».
El primero en hacerlo, Ehregott Daniel Colberg (1659-1698), teólogo luterano alemán, escribió Platonisch-Hermetisches Christianity (1690-1691).
[4] Los académicos establecieron esta categoría a finales del siglo XVIII tras identificar «similitudes estructurales» entre «las ideas y perspectivas del mundo de una amplia variedad de pensadores y movimientos» que, anteriormente, no habían estado en la misma agrupación analítica.
[5] Varios académicos han enfatizado que el esoterismo es un fenómeno exclusivo del mundo occidental.
[3] El historiador de la religión Henrik Bogdan afirmó que el esoterismo occidental constituía «un tercer pilar de la cultura occidental» junto a «la fe doctrinal y la racionalidad», siendo considerado herético por la primera e irracional por la segunda.
[8] No obstante, los estudiosos reconocen que diversas tradiciones no occidentales han ejercido «una profunda influencia» sobre el esoterismo occidental, y citan como ejemplo destacado la incorporación por parte de la Sociedad Teosófica de conceptos hindúes y budistas como la reencarnación a sus doctrinas.