Seminario Mayor de San Pelagio

El seminario se ubicó junto al Palacio Episcopal de Córdoba, en donde existía una casa que fue del canónigo doctor Velasco.

El claustro estaba formado por miembros del cabildo de la catedral cordobesa que tenían aneja una cátedra en el Seminario: lectoral (Sagrada Escritura), doctoral (Derecho Canónico), magistral (Teología Dogmática) y penitenciario (Teología Moral).

En 1776 se edificó la crujía más interior y la capilla del seminario, que fue descrita minuciosamente por el cronista e historiador cordobés Rafael Ramírez de Arellano en el cuarto tomo de sus Paseos por Córdoba.

En diciembre de 1850 el Ayuntamiento acordó conceder gratis esa área conocida como “Campo Santo”.

Al mismo tiempo, se iniciaron los trámites con el Cabildo Catedral para comprar la llamada casa “del Triunfo”, que eran unos almacenes y graneros más tarde convertidos en viviendas.

[12]​ Tras verse afectado gran parte del edificio, tuvieron que acometerse importantes reformas.

Inmediatamente comenzaron las obras gracias a la gestión del entonces obispo Juan Alfonso de Alburquerque, y el seminario se restauró pronto.

El rector José Cobos y Junguito anticipó de su peculio 90.000 reales para que se pudieran terminar.

[13]​ Desde el punto de vista académico, se produjo un giro importante en el periodo del obispo dominico Ceferino González y Díaz Tuñón, que ya en el último cuarto del siglo XIX fundó un colegio anexo al seminario para los jóvenes que carecían de medios económicos.

[14]​ A partir de 1874 se nombró por primera vez un director espiritual por indicación del nuevo rector, José Pozuelo.

Poco después, el obispo Ceferino confió a la Compañía de Jesús la dirección espiritual del seminario cordobés.

Los Operarios estuvieron al frente del seminario hasta 1932, año en que el obispo Adolfo Pérez Muñoz encargó la dirección a los sacerdotes de la propia diócesis.

Las obras de ampliación y mejora del edificio del seminario que llevó a cabo el obispo Adolfo Pérez Muñoz en los años de la posguerra fueron continuadas por el obispo Fray Albino González y Menéndez-Reigada, que gobernó la diócesis hasta 1958.

[26]​ Se realizaron también mejoras durante el gobierno pastoral del obispo José Antonio Infantes Florido, que rigió los destinos de la diócesis entre 1978 y 1996.

La reforma se enmarcaba en el proyecto general de rehabilitación del edificio “San Pelagio”.

Fue en el siglo XVIII, desde 1763 hasta 1781, cuando se realizaron las mayores reformas que darían al edificio su fisonomía actual.

Las obras se realizaron bajo la dirección de Francisco Aguilar del Río.

En 1969 se reestructuró el conjunto del edificio de San Pelagio dedicándose parte a residencia de sacerdotes mayores, creándose entonces la conocida como Casa Sacerdotal, y según el proyecto del arquitecto José Antonio Gómez Luengo Bravo, y con la diligente supervisión del canónigo José María Padilla Jiménez.

Hasta 2009 el edificio “San Pelagio” albergó el Seminario Mayor San Pelagio, la Casa sacerdotal (entonces llamada “Medina y Corella”), las oficinas del obispado de Córdoba, la Biblioteca Diocesana, la Librería Diocesana, y por último la Escuela Universitaria de Magisterio “Sagrado Corazón”.

En 2009 comenzó la última gran obra del edificio que tuvo lugar en varias fases, primero con Juan José Asenjo Pelegrina y luego con el obispo Demetrio Fernández González, que pudo contemplar los trabajos de reforma concluidos y bendijo las nuevas instalaciones.

Esta parte pasó a convertirse en Casa Sacerdotal ahora llamada “San Juan de Ávila”.

En la segunda fase se acometió la reforma del ala del edificio que albergaba la Casa Sacerdotal “Medina y Corella”, una vez que los residentes y las Mercedarias de la Caridad se trasladaron a su nueva ubicación.

Dentro del edificio destaca la escalera monumental, también obra de Juan Miguel Verdiguier, que está decorada con yeserías y el escudo del fundador, el obispo Pazos y Figueroa, en forma de medallón entre dos ventanas laterales simétricas de la pared frontal que iluminan todo el conjunto.

Las paredes laterales albergan dos lienzos de grandes dimensiones: el retrato del cardenal Salazar, a la izquierda, y el del obispo Fundador, Antonio Mauricio de Pazos y Figueroa, a la derecha.

La Capilla sigue los planteamientos estéticos de Devretón: tiene planta rectangular con crucero levemente señalado y presbiterio semicircular cubierto por un casquete esférico.

La decoración sigue motivos geométricos policromados que contrastan con la sobriedad del blanco.

El retablo está profusamente decorado con motivos de roleos y serafines.

De entre las obras que se conservan en el seminario destacan: una imagen de San Rafael Arcángel fechable a finales del siglo XVIII, un cuadro con la aparición a Santo Domingo de los apóstoles San Pedro y San Pablo atribuida al pintor del siglo XVII Pedro Antonio Rodríguez —actualmente en la entrada principal—, una serie de lienzos que representan a la Virgen del Rosario entre Santo Domingo y Santa Rosa, la Epifanía y el Descendimiento, entre otros, anónimos de la escuela cordobesa del siglo XVII.

Posteriormente, el fondo bibliográfico del seminario se fue incrementando generalmente con donaciones y compras de grandes colecciones.

La biblioteca cuenta en la actualidad con un importante fondo bibliográfico y documental que asciende a más 115.393 volúmenes desde el siglo XVI hasta nuestros días.

Constituciones del obispo Pedro de Salazar y Góngora (1771).
Fachada principal del Seminario Mayor de San Pelagio.
Patio interior del Seminario
Inmaculada . Obra del siglo XVII de la Escuela de Pacheco conservada en la capilla del Seminario Mayor de San Pelagio.
Imagen de San Pelagio de Juan Miguel Verdiguier (ca. 1775-1780).
Reproducción en azulejo del cuadro de los mártires de Córdoba de Ángel María de Barcia y Pavón . 1925. Antiguo patio del Seminario, hoy Casa Sacerdotal.