Cursó estudios eclesiásticos en el Seminario diocesano de Madrid-Alcalá.
En la homilía se posicionaba contra el aborto, que compara con un «genocidio silencioso», afirmando que la nueva ley del aborto coloca a los médicos en una posición similar a los oficiales de los campos de concentración nazis.
[4] El arzobispo mismo cree que sus palabras han sido malinterpretadas, y en un comunicado posterior afirma no haber querido ofender «a los fieles y personas de buena voluntad», aclarando que sus palabras querían decir que «en la misma medida en que [el aborto] facilita la eliminación del niño engendrado y no nacido, facilita también la irresponsabilidad de hombre y mujer en sus relaciones, y —por extensión— los abusos a la mujer», mostrando además el «más profundo rechazo y total oposición a cualquier tipo de malos tratos y de violencia física, verbal o psicológica, contra las mujeres y contra cualquier ser humano».
Martínez indicó a sus fieles que «estamos en el camino hacia una tercera dictadura, de un modo o de otro, porque se imponen leyes que van contra el bien común».
También criticó que, según él, la ley trans «convierte el sentimiento en categoría jurídica» para, a continuación, equiparar dicha actitud con el «sentimiento de superioridad de la raza aria» que condujo a la legislación del nazismo «en los años 30 y 40 del siglo pasado» y que «dio lugar a millones de muertos».