Hijo de los condes de Fuenclara, destacó desde sus primeros estudios, tal como prueban las alabanzas que recibió por escribir un poema heroico a la edad de 13 años.
Se doctoró en Filosofía y Jurisprudencia en la Universidad de Zaragoza, tras lo cual pasó a labores eclesiásticas.
El 14 de septiembre de 1720 fue nombrado arcipreste de Santa María en su propia provincia, a la vez que juez sinodal, visitador e inquisidor apostólico de Cataluña en 1726.
En estas fechas publica un edicto acotando las costumbres durante la Semana Santa, pues a su juicio, se cometían muchos abusos y excesos.
Su cuerpo está enterrado frente al altar de la Virgen del Pilar de la Mezquita-Catedral de Córdoba.