La diócesis de Córdoba fue erigida presumiblemente en el siglo III, a finales del cual hay constancia documental del primer obispo conocido, san Osio, quien fue ordenado hacia 290 y luchó enérgicamente contra el arrianismo.La diócesis de Córdoba se extendía por el norte hasta las orillas del río Guadiana y al sur comprendía tan sólo una mínima parte de la campiña cordobesa, coincidente con el conventus romano.Tras las invasiones bárbaras, en época visigoda, la ciudad episcopal se enriqueció con numerosos edificios religiosos.Hacia 785 no quedó ninguna iglesia en el centro urbano y los edificios de culto cristiano estaban extramuros.Además, en Córdoba hubo, en el siglo IX, los primeros mártires de la persecución islámica anticristiana: Adolfo, Juan, Leocricia y Eulogio.En 1482 se instituyó la inquisición diocesana, que fue muy activa, con numerosos autos de fe documentados hasta la primera mitad del siglo XVIII.Durante el período de la Segunda República y la guerra civil española, 82 sacerdotes diocesanos fueron martirizados, mientras que otros dos murieron en prisión.Además, fueron martirizados un subdiácono, cuatro seminaristas, 19 religiosos, la beata Victoria Díez y numerosos laicos pertenecientes a la Acción Católica o al grupo de Adoración Nocturna.El propio obispo Adolfo Pérez Muñoz fue condenado a muerte y encarcelado, pero logró escapar.