Así mismo nos referimos con la palabra "visita" a la permanencia, estadía o duración en un lugar específico por periodos cortos, es decir, lo que caracteriza a la visita como tal es el tiempo de permanencia en un sitio ajeno a nuestro lugar de convivencia diaria.
Hay que ser extremadamente prudente al hacerse acompañar por niños o mascotas, siendo preferible no llevarlos en caso de duda sobre la preferencia de los anfitriones.
Generalmente los visitadores eran enviados cuando ocurrían alborotos graves que alteraban la tranquilidad y el orden públicos, cuando había sospecha de malos manejos financieros, o cuando estaba en peligro la fidelidad del país.
Un visitador reconocido fue el español Ginés de Lillo (1566-1630), quien trabajó en Chile.
También se le decían visitas o pueblo de visita a las mismas localidades bajo la jurisdicción de un clérigo o fraile que no tenían un eclesiástico residente permanente.