Prisioneros en la guerra del Pacífico

Fueron hechos prisioneros soldados, civiles, hombres, mujeres, beligerantes, ciudadanos de países neutrales y diplomáticos.

[1]​: 208  Dos días más tarde las excepciones fueron suspendidas, argumentando «los últimos hechos practicados por [...] la Escuadra chilena, atacando sin previo aviso [...] los puertos indefensos de Mollendo, Iquique i Pabellón de Pica»: todos los ciudadanos chilenos debían abandonar territorio peruano.

[5]​: 172  Cuando llegaron los prisioneros del Huáscar, Bustamante los alojó en el Versalles chileno,[7]​: 57  en San Bernardo a pocos kilómetros de la capital.

También se podían intercambiar varios rangos menores por un oficial de acuerdo siempre a lo acordado por los gobiernos beligerantes o sus comandantes en terreno.

Esa sería la razón por la cual en ninguna parte se encuentren documentos escritos con tales declaraciones.

No hubo investigaciones neutrales de los hechos por lo que la historia está limitada a solamente reproducir las acusaciones.

El tratamiento histórico del tema está teñido por la parcialidad, porque "en forma comprensible, es una materia signada y atravesada por pasiones patrióticas muchas veces reñidas con la objetividad", como expresa Pereyra cuando se refiere a toda la historia de la Guerra.

[9]​: 7  Jorge Basadre lo expresa así: "Las hazañas de los héroes en las guerras las cantan y exaltan generalmente sus connacionales, mientras el enemigo las calla, niega o disminuye, presentando a veces relatos prosaicos que manchan alevosamente o deshacen con crudeza la poesía que ellas albergadas.

A este grupo siguió tres días después otro, también de presos políticos peruanos.

No se consideran como excepcionales los casos de civiles bolivianos, chilenos o peruanos hechos prisioneros durante los enfrentamientos, ya que los artículos 49 y 50 del Código Lieber permitían su detención.

Según el libro "Retratos. Los héroes olvidados de la Guerra del Pacífico" , de los autores Mauricio Pelayo González, Christian Arce Godoy y Eduardo Gardella Brusco, la foto superior muestra a un prisionero chileno y su carcelero peruano con los uniformes intercambiados como una demostración de humor y camaradería entre ambos, en Tarma , Perú.
La revista española La Ilustración Española y Americana publicó el 15 de junio de 1879 un grabado (hecho en abril) de ciudadanos chilenos en Iquique esperando una oportunidad para abandonar Perú. Los que no pudieron salir, por enfermedad o falta de dinero, fueron encarcelados.