Tratado de Alianza Defensiva

En 1875 y en 1878 Argentina, en peligro de guerra con Chile, intentó ingresar al pacto, pero Perú rechazó diplomáticamente la oferta.[6]​ Tras su independencia, los países de América del Sur acordaron establecer sus fronteras según lo que habían sido durante la colonia española.A fines del siglo XIX la búsqueda de oportunidades económicas en los hasta entonces territorios desconocidos provocó disputas territoriales entre varios países sudamericanos.El congreso peruano, presidido por Francisco de Paula Muñoz, actuando como secretarios Félix Manzanares y José María González, lo aprobó el 22 de abril, al parecer con solo nueve votos en contra.[9]​ Para fortalecer el pacto contra Chile y como estaba previsto en el pacto, Perú buscó inmediatamente la adhesión de Argentina al tratado y envió a Buenos Aires a Manuel Yrigoyen (no confundir con el contemporáneo argentino Bernardo de Irigoyen) para promover sus propósitos.Para subsanar ese escollo Perú, discretamente, aseguró al Brasil que el tratado no estaba dirigido contra él ni afectaba sus intereses y más aún, el presidente peruano Manuel Pardo pidió a Argentina y Bolivia introducir un nuevo artículo, complementario al tratado, asegurando que el tratado no estaba orientado contra Brasil sino solo contra Chile:[1]​: 94 [10]​Sin embargo, Bolivia y Argentina no se avenían en el asunto Tarija-Chaco.[11]​ Perú rechazó esa opción porque, no teniendo frontera con Chile, comprometía al Perú en la disputa de la Patagonia y Tierra del Fuego sin comprometer a Argentina en la protección de los intereses peruanos sobre el salitre boliviano.Para superar las desavenencias causadas por la aplicación del tratado limítrofe de 1866, los negociadores Lindsay (Chile) y Corral (Bolivia) habían acordado en 1873 un tratado complementario al limítrofe de 1866, con él se esperaba arreglar los asuntos pendientes con ventajas para ambos países.conduzca al mismo resultado, pero procurando siempre que, el rompimiento de relaciones no lo haga Bolivia sino que sea Chile quien se vea precisado a llevarlo a cabo.Rotas las relaciones i declarado el estado de guerra Chile no podria sacar ya sus blindados i, sin fuerzas bastantes para atacar con ventaja, se vería en la precision de aceptar la mediación del Perú, la que en caso necesario se convertiría en mediación armada si las fuerzas de aquella República pretendiesen ocupar Mejillones i Caracoles.Mientras Perú y Argentina buscaban la forma de llegar a un acuerdo, ocurrieron dos hechos que modificaron completamente la situación.Bolivia se desilusionó del pacto, persiguió sus propios objetivos y decidió sustituir el tratado de 1866.En febrero de 1878, Bolivia impuso un impuesto sobre las compañías chilenas que trabajaban el salitre en Antofagasta.Su publicación en Chile poco antes del estallido de la guerra, tuvo un enorme impacto sobre la opinión pública, que obligó al gobierno a considerar Perú no más como neutral sino como un aliado de Bolivia.No existe unanimidad entre los historiadores si acaso el gobierno de Chile conocía en su totalidad el contenido del tratado, si lo consideraba vigente o siquiera le daba validez a los rumores.chileno en Lima) lo memorizó casi correctamente, y que Guillermo Blest Gana (emb.[12]​: 313ff Por su parte, el historiador peruano Basadre hace notar que Walker Martínez (vinculado familiarmente al canciller boliviano Baptista) aludió a la existencia de la alianza en su libro Páginas de un viaje a través de la América del Sur (Santiago, 1876, p. 217); y que Blest Gana compró el texto completo del tratado a través de la legación brasileña en Buenos Aires, hecho que fue revelado por el publicista chileno Anselmo Blanlot (mencionado también por Mario Barros).Walker Martínez, escribe Villalobos, no habría dado crédito a los rumores y por eso había comenzado las negociaciones que dieron como resultado el tratado de límites con Bolivia.[1]​: 63– José Antonio de Lavalle, quien encabezó la mediación peruana en Chile durante la crisis del Impuesto de los 10 centavos, considera que haber rechazado el casus foederis en 1879 hubiese exitado la más intensa indignación en los bolivianos y el desprecio más profundo en los chilenos y hubiese duplicado a los enemigos de Perú.De acuerdo a Jorge Basadre Perú descuidó sus defensas militares por su desmedida confianza en el tratado.[34]​ Bolivia, confiada en su alianza militar con Perú, afrentó a Chile con la violación del tratado de 1874.Para los analistas éste no es simplemente el espaldarazo de una “nación hermana” sino que hay algo más".Es difícil predecir la naturaleza del o los pactos, ya que éstos –como nos ha enseñado la historia- suelen ser secretos.
La política boliviana de Chile consistía en atraer a Bolivia y deshacer la alianza de Perú y Bolivia. La caricatura, publicada por El Barbero en Santiago de Chile el 18 de octubre de 1879, muestra a Hilarion Daza caracterizado como una mujer, siendo cortejada por el jefe de gabinete chileno, Domingo Santa María , con un ramo de flores donde se leen los nombres de Tacna y Arica. Por otra parte, el presidente del Perú Mariano Ignacio Prado recibe un sobre de manos de Daza, por el cual se impone de las intenciones chilenas, a la par que interpela a Santa María por incitar a la infidelidad de la nación del altiplano. [ 7 ]
Caricatura publicada el 22 de noviembre de 1879 en la revista chilena "El Barbero" . Daza (al extremo izquierdo), Prado, y Nicolás Avellaneda (con el sombrero de cilindro) se han colocado ellos mismos en la balanza para contrarrestar, infructuosamente, la supremacía militar chilena durante la guerra, representada por una inmensa bala de cañón que ha puesto el chileno Santa María, considerado el cerebro del gobierno chileno durante la guerra. [ 12 ] : 394
En realidad, el gobierno chileno cedió sus derechos sobre la Patagonia oriental a cambio del Estrecho de Magallanes completo, durante la guerra, para evitar una guerra en dos frentes.
Caricatura publicada en Chile durante la Guerra del Pacífico, muestra como Aníbal Pinto, con los laureles de la victoria, se corta un pedazo de América, Avellaneda abraza la Patagonia. Prado y Daza deben observar impotentes la pérdida de su territorio.