Hierba (novela gráfica)

Se trata de su primera obra en coreano y desde entonces ha sido traducida a 14 idiomas[1]​, incluyendo la edición en español traducida por Joo Hasun y publicada por Reservoir Books, sello de Penguin Random House Grupo Editorial, en 2022.La obra se abre con una escena en 1996 en la que la señora Lee Ok-Sun está volando desde China hasta Corea del Sur, su hogar natal.Aquí es donde la autora de la novela, Keum Suk Gendry-Kim, se reúne con la anciana que le cuenta toda su historia.Así pues, la niña se fue con ese hombre, pero enseguida descubrió que todo era mentira.Allí vivió con otras chicas coreanas que habían llegado en circunstancias parecidas a la suya.En esta estación también se enamoró por primera vez, del capataz de los obreros que había en el aeródromo.Aquí la seguían tratando igual y los fines de semana las violaciones se sucedían con mayor frecuencia.El abuso era tal que un día contrajo sífilis y el dueño de la estación, impaciente porque tardaba mucho en curarse, la expuso a gas de mercurio haciendo que la infección desapareciera, pero dejándola estéril.Sin embargo, Lee Ok-Sun admite que «[sufrió] mucho en ese segundo matrimonio»[6]​ porque el hombre bebía, apostaba, y los niños se portaban mal.Finalmente, un día quiso intentar ponerse en contacto con su familia en lo que se había convertido en Corea del Sur después de la guerra.Puesto que la obra sucede en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, y más en concreto la Guerra del Pacífico, este es un tema que se encuentra siempre presente en el trasfondo de la novela.Con el fin de «aniquilar la identidad y las tradiciones del pueblo coreano, Japón desplegó duras políticas coloniales, como imponer el culto sintoísta»[12]​, les presionaron para que «adoptaran apellidos japoneses»[12]​ y si desobedecían, «no podían acceder a la red de abastecimiento de alimentos y otros productos»[12]​.La autora cuenta cómo comenzó la guerra y las consecuencias que siguieron a su finalización.Al igual que con el resto de coreanos, a las «mujeres de consuelo» también se les obligó a cambiar su nombre por uno japonés y se les prohibió hablar coreano.Sin embargo, «muchos no hacían caso»[15]​ y agredían a las chicas que se lo recordaban.Según Lee Ok-Sun, «entre semana venían relativamente pocos, pero los domingos, como los soldados también descansaban, el número se multiplicaba»[16]​.Lee Ok-Sun vivió así tres años, hasta que se terminó la guerra y fue libre.Por otro lado, también se trata el tema de la virginidad y la deshonra que perderla sin estar casada puede suponer para la familia.Por eso estas e incluso la sociedad en general, en lugar de abrazar a las víctimas, las repudiaron»[11]​.Así mismo, la naturaleza simboliza la resiliencia de las mujeres que sobrevivieron a ese infierno para contar su historia.Keum Suk admite que la anciana era «una persona muy optimista, aunque me contaba historias duras y dolorosas, bromeaba mucho.La autora comenta en una entrevista que «en la vida cotidiana tenemos muchas quejas, pero las víctimas quisieron compartir hasta un trozo de pan, como dice un proverbio coreano.Keum Suk insistió en trabajar con tinta tradicional coreana meok, y herramientas como pinceles, esponjas o rocas[1]​.La autora evitó a propósito sensacionalizar y mostrar representaciones gráficas de escenas violentas.Al principio de la historia, dibuja un avión que está sobrevolando el cielo y se ve cómo la estela que deja empieza en una página y sigue en la siguiente con el dibujo del avión[23]​.Sin embargo, la hierba en concreto simboliza a las personas comunes y sin poder de la historia que se siguen levantando a pesar de las fuerzas que les tumban[21]​.Sin embargo, todas estas comparaciones son hechas desde las perspectiva masculina que siempre ve a la mujer como un objeto.La anciana se pregunta «¿Cómo puede un acuerdo ser llevado a cabo sin el consentimiento de las víctimas?No nos rendiremos hasta que el gobierno japonés nos dé unas disculpas y compensaciones más fuertes»[26]​.A diferencia de lo que pueda parecer, Keum Suk no busca culpar a Japón por lo sucedido, ni centrarse en los problemas entre Japón y Corea del Sur, sino que «quiere exponer la esclavitud sexual como un problema universal de la mujer»[28]​.