Manuel Caracciolo Lévano

Al estallar la Guerra del Pacífico, siendo aún menor de edad y habiendo logrado terminar con honores sus estudios en Lima (ya que en Lurín no había escuela secundaria) e ingresar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se incorporó como voluntario en las fuerzas civiles que prepararon las defensas de Lima y Lurín en los primeros años de la guerra, por lo cual nunca llegó a estudiar en la universidad.Como había anticipado Cáceres, las fuerzas chilenas iniciaron la campaña de Lima por el sur atacando primero Pisco, que quedó desprotegida cuando el coronel Zamudio decidió huir al ver la superioridad numérica de los chilenos.Para entonces, Andrés Avelino Cáceres había sido enviado desde Lima con sus soldados para ocupar Lurín vía terrestre, mientras las fuerzas chilenas se movilizaban vía marítima, lo que lo obligó, debido al desierto y la falta de medios de transporte para sus tropas, a regresar a Lima.Si bien en esos años los partidos políticos en el Perú aún no existían como tales (salvo por el Partido Civil fundado en 1871), existían más bien movimientos políticos configurados como bandos políticos y liderados por caudillos militares al mando de milicias civiles y militares, en su mayoría montoneras, que fungían de ejércitos privados, ya que además el Ejército del Perú, como un cuerpo militar con una estructura organizativa moderna, recién se fundó y organizó en 1896 con la llegada de la primera misión militar francesa en Perú, al mando del coronel Paul Clement.Sin embargo, debido a movimientos legales de sus opositores políticos en Lurín no pudo asumir el cargo sino hasta tres meses después en abril de 1889.Su breve paso por la administración pública, siendo seguidor de Cáceres, significó una decepción para sus anhelos de desarrollo social en su tierra natal, en la que además encontró poco apoyo político y popular, por lo que pronto abandonó el cacerismo y migró a Lima, donde se ocupó como panadero y donde, además, migró hacia el pierolismo montonero que entonces empezaba a cobrar fuerza entre las clases populares del país que veían en el caudillismo de Piérola una posibilidad más inmediata para realizar cambios sociales.Este apoyo popular relativo que tuvo Piérola le permitió al caudillo perpetrar un nuevo golpe de Estado, esta vez contra el presidente Cáceres, quien en 1894 se reeligió inconstitucionalmente para un nuevo mandato presidencial.Sin embargo, la razón real del golpe fue romper con la hegemonía que el bando cacerista ejercía en la política nacional desde 1884.Debido a esto, el cuerpo diplomático de la ciudad se reunió e intervino para iniciar negociaciones entre ambos bandos, que aceptaron firmar un armisticio ese mismo día mediante el cual Cáceres aceptaba convocar a elecciones, renunciar a la presidencia y partir al exilio, e inmediatamente se formó una junta de gobierno presidida por Manuel González de Candamo.Triunfada la revolución, Piérola postuló como candidato único a las elecciones de 1895 y salió electo presidente.Este nuevo escenario radicalizó al naciente movimiento obrero del país dentro de los gremios ya existentes, como el de los trabajadores textiles, panaderos, zapateros, metalúrgicos y del latifundismo, lo que conllevó a que muchos obreros decantaran hacia el anarquismo sindicalista, como le terminó sucediendo a Manuel Caracciolo Lévano.Tras su frustrada incursión en la política partidaria en Lurín y Lima decidió instalarse definitivamente a Lima, donde se convirtió, primero, en vendedor de cigarrillos y luego en empleado panadero.Allí, influenciado por el filósofo anarquista Manuel González Prada, Lévano decantó en el anarquismo y rápidamente optó por una óptica ideológica anarcosindicalista, por lo que se involucró a tiempo completo en la construcción del naciente movimiento anarcosindicalista entre los obreros gremiales de la época, quienes estaban sometidos a jornadas laborales de más de 12 horas diarias sin derechos laborales y en pésimas condiciones de trabajo.Esta federación obrera anarcosindicalista, de la cual fue uno de los principales dirigentes y que en realidad era más bien una confederación de federaciones gremiales, apoyó la publicación Los Parias (primer periódico estrictamente anarcosindicalista del país, aunque abogaba por el "comunismo proletario", se publicó entre 1904 y 1910) y organizó la primera huelga netamente sindicalista del Perú, la cual se realizó entre el 1 y el 20 de mayo de ese mismo año (1904) en Lima y el Callao, resultando en la muerte del primer trabajador peruano en una manifestación obrera: Florencio Aliaga, quien murió el 19 de ese mes en el Callao durante los disturbios en esa ciudad.Allí, González Prada pronunció su discurso hoy célebre sobre “El intelectual y el obrero”, en que llama a los intelectuales a ser, no lazarillos, sino compañeros de lucha del trabajador.En este contexto, Manuel C. Lévano se dedicó a la organización de diversas huelgas con la FORP en esos años.Ante la situación de movilizaciones y huelgas generales de los gremios en varios puntos del país el gobierno respondió reprimiendo la huelga para que los negocios y servicios se restablecieran, pero los huelguistas no se sometieron, lo que decantó en una serie de enfrentamientos brutales entre los obreros y las fuerzas gubernamentales.Durante esos meses la huelga general fue brutalmente reprimida por las fuerzas del gobierno, lo que provocó varios muertos y heridos, no solo en Lima y Callao, sino también en Chosica y otras ciudades del país, mientras muchos otros obreros agremiados fueron arrestados y encerrados en la isla de El Frontón, acusados de participar en los saqueos e incendios durante los numerosos disturbios que se sucedieron durante esos meses[35]​.Sin embargo, a pesar del recrudecimiento de la represión, la huelga general no se desarticuló y las manifestaciones populares continuaron.El 22 de julio el comité huelguista conformado por la FOLL y otros gremios federados se reorganizó y se refundó bajo la central sindical Federación Obrera Regional Peruana (FORP), de corte anarcosindicalista y con tendencia revolucionaria, continuadora de la anterior FORP, hecho en el que Manuel C. Lévano también participó.En abril de 1921 la FORP convocó la reunión del Primer Congreso Local Obrero de Lima y el Callao, evento en el que Lévano participó y su hijo Delfín fue elegido secretario general.Los anarquistas lograron declararla incompatible con el sindicalismo pero no pudieron lograr que el congreso obrero se pronunciara a favor del comunismo libertario como objetivo de los trabajadores organizados.Ya para entonces la FORP se había disuelto tras su refundación y los esfuerzos de los dirigentes anarquistas como Lévano para relanzarla no dieron frutos, principalmente por el avance del aprismo y del socialismo, pero también debido a la creciente represión que Leguía ejerció sobre los dirigentes anarquistas, la mayoría de los cuales se vieron obligados a exiliarse del país.[40]​ Estando en Lurín, alrededor de 1884, Manuel Caracciolo Lévano contrajo matrimonio con la lurinense Hermelinda Gómez y fruto de este matrimonio nacieron sus primeros 4 hijos: Delfín Amador (1885), Pedro, Emérica y Emilia Lévano Gómez.
Óleo de Juan Lepiani titulado El tercer reducto (1894), el cual representa una escena de la batalla de Miraflores.
Litografía de 1904 de Luis Fernando Rojas , en la que se representa el combate de Concepción, donde se observa el incendio del cuartel de la guarnición chilena durante el enfrentamiento.
A partir de 1885, con el inicio de la etapa de la Reconstrucción Nacional tras el final de la Guerra del Pacífico y de la ocupación chilena del país, Chorrillos y los balnearios y pueblos del sur, como Lurín , debieron ser reconstruidos por completo, ya que fueron los más afectados durante la campaña de Lima por los bombardeos y saqueos del ejército chileno. Fotografía de Chorrillos en 1881, tras el bombardeo chileno.
Entrada de Piérola a Lima en la madrugada del 17 de marzo de 1895 por la antigua Portada de Cocharcas de la muralla de Lima, cerca a la Portada de Barbones, en el cruce de las actuales avenidas Grau y Sebastián Lorente. Óleo de Juan Lepiani .
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Primer paro general en 1911, en Lima, en solidaridad con los obreros tejedores de Vitarte. En los círculos figura Manuel C. Lévano (abajo) y su hijo Delfín Lévano (arriba).
Manifestación de obreros anarcosindicalistas durante el paro general en mayo de 1919, en Lima.
Nicho de Manuel Caracciolo Lévano en el Cementerio Presbítero Matías Maestro, en Barrios Altos, Lima.