Nicos Poulantzas

[1]​ Sus padres, el abogado Arístides Poulantzas y Angélica Kariofili, vivían en la calle Verantzerou, cerca de la Plaza Vathis y el Mercado Central de Atenas.Después de terminar la escuela primaria, Nikos Poulantzas ingresó al liceo de clases privilegiadas "Ethnikon Ekpaideftirio Anavryton" (llamado Gimnasio Experimental) y a la École française d’Athènes al mismo tiempo.Más tarde, se incorporó a la Izquierda Democrática Unida (EDA), que era una forma jurídica amplia del Partido Comunista griego antes de sus disolución en 1968.Según el autor Norman Geras, para la tradición estructuralista francesa no hay sujetos en la historia, solo individuos que ocupan estructuras objetivas.En 1966, se casó con la escritora francesa y activista feminista Annie Leclerc.Los marxistas instrumentalistas sostienen que el Estado es simplemente un instrumento en manos de una clase social determinada.Esa mirada se basa en el Estado del siglo XVII como poder político subordinado a la clase burguesa.Poulantzas daría desarrollo y contenido a conceptos claves como autonomía relativa para la determinación de las relaciones en las luchas sociales y la apuesta política, estableciendo que la política como nivel no es un aparato de la superestructura económica.En el intercambio, Miliband argumenta a favor de un modelo instrumentista del capitalista estado, mientras que Poulantzas toma una posición estructural.[2]​ En un interesante capítulo sobre la teoría del estado marxista, el teórico político George Taylor propone un esquema diacrónico de diálogo entre diferentes autores marxistas, quienes se cuestionan unos a otros realizando múltiples interpretaciones del economicismo, el Estado, los agentes, la estructura, el historicismo y la hegemonía.Poulantzas inicia la obra planteando la paradoja del Estado capitalista europeo sosteniendo que, si bien es evidente que estamos "rodeados muy de cerca por un Estado que, en sus comportamientos mas insignificantes, demuestra su relación con intereses concretos y extremadamente precisos", no obstante, "aunque la burguesía sigue sacando muchos beneficios de ese Estado, no siempre está satisfecha con él" (Poulantzas, 1978:12).Para ello, el Estado "se mueve dentro de un equilibrio inestable", en el que caben compromisos entre las clases dominantes y los dominados "y, en este sentido, puede adoptar medidas que son positivas para las masas" (Poulantzas, 1978:31,127-45).Poulantzas se sale de la visión althussiana porque considera que los capitalistas, como clase, están demasiado centrados en su provecho personal inmediato como para ejercer el poder institucionalizado en beneficio común.Las reglas del ordenamiento democrático de la ley burguesa, así expuestas, configuran un proceso en el que los miembros de una clase se convierten en sujetos jurídicos atomizados, de manera tal que el potencial conflicto entre las clases se diluye en el juego electoral.Así indica: "Los aparatos del Estado consagran y reproducen la hegemonía haciendo que el bloque de poder y ciertas clases dominadas entren en un juego variable de concesiones provisionales.Para Poulantzas, el comportamiento político a menudo errático y caótico del aparato del Estado en la definición e implementación de políticas públicas, se debe a la forma en que las instituciones públicas tienen de mediar en las luchas entre los diferentes grupos de clase.Luego ahonda en el diseño del aparato del Estado: "Las clases y fracciones dominantes existen en el Estado por intermedio de aparatos o ramas que cristalizan un poder propio de dichas clases y fracciones, aunque sea, desde luego, bajo la unidad del poder estatal de la fracción hegemónica.Poulantzas se cuestiona que la misma no avance en la búsqueda de un estado socialista y atribuye ese defecto a la falta de pensamiento estratégico en la izquierda comunista.Sobre este punto, en el prefacio a la edición francesa de 2013, el sociólogo Razmig Keucheyan explica dicha estrategia en los siguientes términos: “La ‘vía democrática al socialismo’ preconizada por Poulanzas combina radicalización de la democracia representativa con experiencias de autogestión en la sociedad civil, especialmente –aunque no únicamente- en el lugar de trabajo, y en el sector industrial tanto como en los servicios y la función pública.La crisis de legitimación, según Habermas, supone que el estado promueve la acumulación de capital y se muestra como el rostro amable del capitalismo ante los ciudadanos.En una forma u otra, este desafío se manifestó en sí mismo en la familia, la universidad, los negocios, las asociaciones públicas y privadas, la política, la burocracia gubernamental y los servicios militares" (Report 1975:75).Así sostienen que "el espíritu democrático es ecuánime, individualista, populista e impaciente contra las distinciones de clase y rango (...); un penetrante espíritu de democracia puede presentar una amenaza intrínseca y socavar todas las formas de asociación, debilitando los vínculos sociales que mantienen unidos a la familia, la empresa y la comunidad" (Report 1975:162).Hacia una antropología del consumo" de Mary Douglas y el economista Baron Isherwood (1979), "La distinction.A su vez, las primeras elecciones por sufragio universal al Parlamento Europeo, entre el 7 y 10 de junio del mismo año, tampoco dejaron ganancias para el eurocomunismo.Poulantzas fue particularmente influyente sobre el teórico del estado marxista Bob Jessop.