Pintura de los Países Bajos

La pintura (Rembrandt, Vermeer, Van Gogh, Mondrian, Escher) destaca sobre las demás manifestaciones del arte en los Países Bajos, aunque también hay notables manifestaciones de la escultura (Adriaen de Vries), la arquitectura[2]​ y el diseño (Theo van Doesburg -De Stijl-), la música[3]​ (Jan Pieterszoon Sweelinck) o la literatura.Así ocurre con los hermanos Limbourg (Nimega -tres miniaturistas del gótico internacional famosos por su obra para el duque de Berry-), Dieric Bouts (Haarlem), el Bosco (Bolduque) o Pieter Brueghel el Viejo (Son en Breugel), que nacieron en localidades de los Países Bajos septentrionales.Jan van Scorel, establecido en Utrecht, representa la importación del estilo italiano.El retratista Antonio Moro y Martin van Heemskerck fueron alumnos suyos.El más importante pintor neerlandés de la época fue Rembrandt, pero hubo muchos otros grandes maestros con talleres localizados tanto en Ámsterdam como en diversos lugares de la geografía holandesa.Los gustos europeos cayeron bajo la órbita del rococó francés, que cultivaba un tipo de pintura muy diferente a la tradicional holandesa, y que tendría sus mejores representantes en Fragonard y Boucher.Tampoco brilló especialmente en las filas del neoclasicismo dieciochesco; Holanda continuó pintando bodegones florales, paisajes y escenas de género, cultivando su propio mercado.
Noche estrellada sobre el Ródano (1888), de Van Gogh
Almuerzo con langosta (1648), de Willem Claeszoon Heda
Fotografía de George Hendrik Breitner , ca. 1895.