Al final de su carrera pintó unos paisajes, que muestran una trágica intensidad.
Se le menciona con regularidad en los documentos de Amberes en los años siguientes, principalmente en relación con deudas.
Mientras Teniers pinta personajes rústicos en su mayor pulcritud, Brouwer los representa en su aspecto más degradado.
No le interesa en lo más mínimo llevar a sus lienzos la clase burguesa, sino que sus asuntos son de un nivel social ínfimo al que pertenecen los aldeanos, aventureros y truhanes, a quienes trata con un gran cariño y piedad.
En sus obras más tempranas, hacia 1625, predominan las tonalidades claras con fuerte presencia de rojos y rosas.
[2] Se considera a Brouwer como un precursor del impresionismo, debido a que trabaja el lienzo con una pincelada fuerte y desenvuelta, sin matizar ni detallar en modo alguno, para que la vista se fije en el motivo clave de su obra.
Se llega de este modo a simplificar en extremo la forma, sacrificándola al colorido.