Aprovechando la situación, las tropas rebeldes intentaron apoderarse del castillo de Amberes.El 3 de octubre las tropas rebeldes (formadas por casi 20 000 hombres) entraron en la ciudad, cuyos gobernadores les habían abierto las puertas, y tomaron posiciones para asaltar el castillo defendido por tropas españolas al mando de Sancho Dávila y Daza.Consiguieron entrar en el castillo y reunirse con otras unidades (600 hombres al mando de Julián Romero y Alonso de Vargas) que acudían desde diferentes lugares a socorrer a Dávila.A pesar de que las tropas rebeldes eran mucho más numerosas, los amotinados y la guarnición del castillo se lanzaron al ataque por las calles de la ciudad, haciendo huir a los holandeses.Acto seguido, y debido al gran desorden, procedieron a saquear la ciudad durante tres días, contándose los muertos por miles.