Otros descubrimientos posteriores, en Egipto y en Grecia corroboran esta tendencia a representar diferentes fases del movimiento en su arte.[1] Otro pionero fue George Méliès, el cual utilizó en sus filmes abundantes efectos realizados con técnicas de animación.James Stuart Blackton y el español Segundo de Chomón Suecia incorporó nuevos movimientos en acción.En 1906 J. Stuart Blackton estrenó Humorous Phases of Funny Faces, considerada la primera película de animación, en la que unos personajes dibujados en tiza sobre una pizarra se desplazan por la pantalla y hacen distintos gestos e incluso interactúan entre sí.McCay elaborará otras películas como The Sinking of the Lusitania (1918), en la que usa la misma técnica combinándola con un montaje por capas como el que ya había usado Georges Méliès en sus películas, para darle profundidad y cierto realismo.En sus películas McCay dibujaba cada fotograma desde cero, lo que ralentizaba y por tanto encarecía todo el proceso de animación.Fue Earl Hurd quien patentó el sistema de acetatos, en el que se basaría la animación comercial clásica.Se considera que con este sistema creó la primera serie comercial de animación en 1913, titulada Colonel Heezaliar in Africa.El Apóstol estuvo dirigida, guionada y enteramente animada por Cristiani, es decir que el solo hizo toda la película.Fotografiaba unas letras que iban moviéndose hasta colocarse en su posición correcta para transmitir un mensaje.Sus primeras películas eran adaptaciones revisitadas de los cuentos infantiles tradicionales como Caperucita Roja o Cenicienta.Tras crear varias películas con esta productora, Disney comenzó a experimentar con otras técnicas.Para ello grabó a la actriz Virginia Davis sobre un fondo negro, lo que le permitía dibujar luego por encima los personajes animados.Allí, para ganarse la vida, volvió a realizar cartoons en un garaje y con una cámara alquilada.Sin embargo, una productora se interesó en Alice in Cartoonland y propuso a Disney un contrato por una serie de 12 capítulos del corto original.[4] Será en 1928 cuando Walt Disney registre el personaje de Mickey Mouse, que había creado a partir del conejo Oswald.Es entonces cuando el trabajo del estudio se empieza a mecanizar, asemejándose al de una fábrica.Finalmente, en 1937 Walt Disney Productions estrenó Snow White and the Seven Dwarfs.Aún hoy se pueden ver conceptos que inventó McLaren hasta en anuncios y videoclips.Hasta nuestros días, el NFB ha producido la obra de numerosos artistas, entre los que se puede destacar a Frédéric Back, Ryan Larkin, Ishu Patel, Caroline Leaf, Chris Landreth, etcétera.De entre los muchos artistas importantes, el más famoso es el checo Jan Švankmajer, que utiliza el stop-motion y la plastilina para crear mundos surrealistas.Otros nombres que se pueden mencionar son los de Marcell Jankovics, Sándor Reisenbüchler, Yuri Norstein, Walerian Borowczyk, Jan Lenica, etcétera.Durante los años 60 el anime fue habitual en las salas de cine, pero en la década siguiente quedó confinado a la televisión.El anime japonés se ha convertido en la industria más prolífica del planeta, popularizándose en todo el mundo.En los años 1933-1934 el caricaturista Salvador Pruneda realiza un corto animado basado en sus tiras cómicas titulado "Don Catarino y su apreciable familia", el cual por desgracia no se terminó de concretarse.En 1943 estrenan Me voy de cacería por Caricolor, estudio fundado por Santiago Richi y Manuel Mario Moreno.Segundo mediometraje realizado por Fernando Ruiz que trata sobre el origen del pueblo azteca.El comienzo de la animación en Venezuela se remonta a 1934, cuando el alemán Herbert Weis, técnico especialista, fue contratado por Efraín Gomes para realizar unos trabajos en los Laboratorios Naciones.En Venezuela el cineasta José Castillo (1922-2019) fue el principal precursor de la industria animada en el país, realizó varias producciones que le valieron reconocimiento tanto nacional como internacional.Entre sus obras se destacan: Conejín (1975); La Hormiga de Hiroshima (1985), Fiesta (2001) y Vivir en libertad (2008).